Un buen profesor de yoga te lleva hacia los adentros, te sacude por dentro, te lleva al lugar de las respuestas en tu propio interior y, literalmente, te hace volar.
Hoy quiero agradecerles a todos los maestros que he tenido, incluso a aquellos en cuyas clases haya penado, me haya cabreado o haya acabado llorando.
Agradezco de corazón a los maestros que me enseñaron yoga. Pero quiero agradecerles aún más, a las maestras que en los últimos años están tocando mi corazoncito. Con ellas, rara ha sido la clase de yoga que ha dejado indiferente. Gracias.
Si te sientes agradecido por las sensaciones y emociones que despiertan tus profesores en ti durante la práctica, etiquétales o envíales este post. Que sepan lo mucho que significan para ti.
Om shanti shanti requeteshanti
Julia
¡Practica conmigo el yoga que realmente necesitas!