1. No llegues tarde
Ni a tu primera clase de yoga, ¡ni a ninguna! No solo es de mala educación, también te perderás la oportunidad de conocer a tu profe antes de la sesión.
Poder intercambiar algunas palabras previamente creará una conexión y, además, te podrá asesorar si tienes alguna lesión o limitación de cualquier tipo.
También te puede aconsejar dónde colocarte para que le veas mejor y la experiencia sea más satisfactoria.
2. Deja los zapatos fuera de la sala
Cuando un profe de yoga ve a alguien entrar a la sala con las zapatillas puestas se le bloquean los chakras.
Una sala de yoga se considera un espacio sagrado que tratamos de mantener libre de gérmenes. Además, nos gusta ir descalzos para sentir la conexión con la Tierra. Así que es muy importante que nada más entrar en un centro encuentres el lugar para dejar tus zapatos.
3. Pídele consejo sobre el estilo de yoga
Mucha gente va a un centro, hace una sesión de yoga y, le guste o no, continúa ahí porque “es yoga, imagino que serán todos iguales”. No. Como has visto, hay un estilo para cada persona y para cada momento.
Si al finalizar la sesión te hubiera gustado una sesión más suave o más intensa, habla con el profesor y cuéntaselo. Si conoce a algún profesor que imparta otros estilos, te lo puede recomendar.
4. Qué llevar
Normalmente tienen esterillas y accesorios en la sala, pero pregunta primero por si acaso. Recuerda llevar ropa cómoda y algo de abrigo para poder taparte en la relajación final. Si es un estilo de yoga movidito y hace calor, quizá te apetezca llevar una botella de agua para beber moderadamente antes, durante o después.
5. Ve con el estómago vacío
En una de mis primeras clases como profesora, mi amiga María se empeñó en meterse dos platos de gazpacho manchego antes de asistir a mi clase. Después de los primeros saludos al sol, se tuvo que tumbar y se pasó la sesión en savasana (página X) agonizando. Sus compañeras la miraban sin saber si seguir la sesión o llamar al 112.
Para no sufrir mareos, angustias o perlequeques es aconsejable no haber comido nada en las dos horas previas a la sesión de yoga ni haber bebido nada (o solo un poquito) en la última media hora. Y la comida que hayas hecho antes, que haya sido moderada. Eso te permitirá disfrutar mucho más de tu práctica.
6. Déjate el móvil en casa
O en el vestuario o pásalo a la sala apagado o en modo avión. Esto es muy importante ya que normalmente hay mucha gente en la sala y las probabilidades de que a alguno se le haya olvidado quitarle el sonido son bastante altas. Y si tienes la mala suerte de haber sido tú, por favor, levántate y apaga el móvil cuando suene.
Una vez comenzó a sonar Bisbal a todo lo que daba en medio de la sesión y nadie se dio por aludido. Imagino que a la chica le dio tanta vergüenza que se hizo la sueca. Tuve que coger el bolso donde estaba el móvil con Bisbal berreando y sacarlo de la sala… Y menos mal, porque aún tuvimos bulería para un buen rato más.
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7. No hables en clase
Las primeras veces que vas a una clase de yoga, especialmente si vas con tu pareja, amigo o familiar a probar a la vez, tienes la tentación de estar comentándolo todo. ¡No te culpo! A mí aún me cuesta retenerme a veces. Por eso prefiero ir sola a clase o ponerme lejos de mi acompañante. Para poder hacer ese trabajo interior que se supone que he ido a hacer.
Sin embargo, no solo se tiene la tentación de hablar con nuestro acompañante. Hay algunos que, aunque vayan solos, sienten la necesidad de informar constantemente a toda la sala de sus sensaciones en la postura. Se escuchan a menudo los clásicos “no puedo”, “no me sale”, “me caigo”.
Tampoco es ideal los que hacen preguntas en clase que requieren largas explicaciones.
Si son cosas breves tipo “¿Dónde me tiene que estirar?” o “¿Dónde coloco la mano?” o “Me duele aquí, ¿cómo modifico?”, por supuesto, adelante. Pero preguntas tipo “¿Cómo puedo mejorar mi flexibilidad de tobillos?”, “¿Por qué no puedo hacer esta postura?” o “¿Quién era Patanjali?” que quizá requieren hacerle preguntas al alumno para poder darle una contestación completa, están fuera de lugar durante una sesión.
No obstante, tienes todo el derecho a recibir respuesta (y nosotros estamos deseando ayudarte) así que acude a tu profe nada más terminar la sesión y cósele a preguntas, le encantará. Pero por fi, durante la sesión, a menos que sea estrictamente necesario, lo más calladitos posible.
8. No hagas ninguna postura que te produzca dolor
Más adelante veremos cómo gestionar esto. Hablaremos del sensor de movimientos frunce-chakras y de distinguir las sensaciones en el cuerpo (incomodidad, molestia o dolor) y de la importancia de actuar con sentido común. De esta forma, tendremos una larga vida yogui.
9. Tu postura no se tiene que ver como la de tu profesor ni tus compañeros
Durante la sesión de yoga, los demás no solo no están pendiente de nosotros, sino que es aconsejable que tú no estés pendiente de ellos.
Por supuesto, puedes mirar a tus compañeros por si te has perdido y el profesor no está demostrando físicamente la postura o la secuencia.
Pero analizar hasta dónde llegan los demás y tratar de imitarlos es, por un lado, inútil, ya que no conoces la experiencia de la otra persona (y puede que lleve mucho más tiempo que tú practicando), el trabajo personal que hay detrás (su autopráctica) ni su anatomía (la genética influye mucho en las posturas).
Ni qué decir tiene que tratar de que te salgan las posturas igual que le salen al profesor es garantía de frustración y fracaso rotundo. ¿Acaso pretendes que te salga el potaje exactamente igual que a tu abuela? Pues eso.
Por otro lado, tratar de alcanzar las posturas que otros ya han conseguido es peligroso. No solo por las lesiones que puedes provocar al imponerle a tu cuerpo un ritmo o presión a la que no está acostumbrado, sino por las lesiones emocionales y físicas que pueden surgir de una autoexigencia desmedida e injustificada en una práctica que se basa en la autoaceptación.
En otras palabras, en yoga no queremos flipaos que buscan conseguir las posturas más acrobáticas en el menor tiempo posible. En yoga se va a indagar en uno mismo a través de la práctica física y mental.
Recuerda, cada uno tiene su viaje interior, por lo tanto, no pretendas parecerte a nadie. Sé tú mismo y quiérete por quién eres y por dónde estás ahora mismo.
10. Si la sesión es abierta o multinivel, no intentes hacer todas las posturas
Va muy en línea con el punto anterior.
Es muy frecuente ver en una clase de yoga cómo el profesor da opción para la variedad de alumnos que tiene ese día (desde más principiantes a más avanzados). Y, sin embargo, la mayoría de los estudiantes se van a la opción más avanzada, a veces, sin pasar por la variante más sencilla.
Hacer esto es ignorar tu cuerpo y actuar conforme al principio de pertenencia al grupo. Queremos fit in, queremos que los demás (quienes creemos que nos están viendo y evaluando, cuando en realidad no es así) vean que somos lo suficientemente buenos para estar en esa clase de yoga.
Sin embargo, no hay competición en yoga, no tienes que llegar a la última variante, ni siquiera a la segunda. A veces, incluso, el profe no ha espabilado lo suficiente ese día como para darse cuenta de que ni siquiera la primera opción es accesible para todo el mundo.
11. Si te cansas, tómate un descanso.
La postura de balasana o la del niño (página X), siempre es bienvenida en una clase de yoga. Cuantas veces quieras y durante el tiempo que quieras. Otra opción es tumbarse en pawanmuktasana o la postura de liberación de los vientos y así masajear tus órganos internos mientras recuperas el ritmo de tu respiración.
Incluso, hay días en los que tumbarse en savasana o la postura del cadáver (página X) es todo lo que necesitamos y está bien.
Jamás encontrarás a un profe que le eche la bronca a su alumno o un practicante que mire mal a otro por colocarse en la postura del niño para descansar. De hecho, lo fliparía contigo. Porque darse permiso para descansar cuando los demás están a tope, haciendo vinyasas en bucle, demuestra no solo una valentía extraordinaria (especialmente si es de tus primeras sesiones), también una práctica de yoga avanzada, ya que has dejado el ego a un lado y has respetado tu cuerpo.
12. Cambia el “no puedo” por el “aún no sé cómo hacerlo”
Muchas personas me miran en clase como diciendo “no puedo” (y otras directamente me lo dicen). Métete en la mollera que aprender a andar, a hablar y a hacer cualquier cosa te llevó un tiempo. No solo hay que aprender la técnica, también hay que invertir tiempo y energía. O sea, practicar.
Y sí, habrá posturas que jamás en la vida te salgan. Pero otras, que nunca pensaste que llegarías a hacer, te saldrán.
Por otro lado, si lees mi libro Yoga con humor, ahondarás un poquito más en la filosofía del yoga y podrás descubrir que no vamos a clase a hacer posturitas, sino que hay más allá… Así que, ¿qué más da que algunas no salgan? ¡Tómatelo como un juego! ¡Tómatelo con humor!
13. No tienes por qué cantar mantras si no quieres
Las primeras veces que asistes a una clase de yoga y oímos a la gente cantar es normal pensar que nos hemos metido por equivocación en una secta. Pero no lo es, te lo aseguro. Es posible también que te dé vergüenza cantar el OM.
No te preocupes, no tienes por qué hacerlo. Disfruta de escucharlo de los demás y, si algún día te animas, serás bienvenido a unirte a ellos.
14. No te quedes dormido en savasana
Es la única mala noticia que te podía dar. Quedarse dormido en savasana o postura del cadáver (página X), es decir, durante la relajación final, hace que nos perdamos todos los beneficios de las posturas. O, al menos, que no los recibamos conscientemente. Es importante que te mantengas despierto pero relajado.
2 comentarios en “Qué hacer y qué NO hacer durante tu primera clase de yoga”
no conocía la serie pawanmuktasana de la que hablas así que he trasteado y me parece súper chula de introducir pensando en esas veces que estás perruna total pero que sabes que necesitas hacer algo con tu cuerpo que no requiera disciplina y si te ofrezca autocuidado. así que gracias por el descubrimiento. he leído que existen 3 series. que tal algún post y/ o clasecita específica de las mismas?? abrazo enorme.
Gracias Yolanda, por tu feedback, me encanta que te haya ayudado. En cuanto tu propuesta, tengo muchísimas clases en la escuela online donde hacemos esa postura a menudo. No conozco esas series en especial, si me pasas la información de la persona que las haya creado me encantará verlas. ¡Muchas gracias!