La postura de la silla
¿Sabes esa postura que en los manuales parece transformarte en una diosa guerrera de fuego, pero tú solo sientes que tus muslos arden y tu dignidad se derrite?
Exacto: Utkatasana, la postura de la silla.Según los grandes autores (Swenson, Brown, MacGregor), es una danza perfecta de fuerzas opuestas:
La gravedad te tira hacia abajo, tú te elevas desde el sacro hacia el cielo. Todo fluye, todo se proyecta, todo es muy zen. Ahora, si me preguntas por mi experiencia real, te cuento otra cosa:

Mis piernas deciden cada día qué profundidad aguantan. Mi espalda negocia. Mis rodillas protestan si me paso. Y mi única técnica es escuchar antes que imponer. Hay días que bajo más. Otros, que apenas me siento.
Y no porque no pueda, sino porque no hace falta sufrir para que la postura funcione. Eso que te dicen de “mantén la postura 60 segundos mientras elevas el tronco y mantienes el core activo y el pecho abierto”…
Sí, claro. Y mientras tanto yo estoy intentando no maldecir en sánscrito. Pero ¿sabes qué?
- Utkatasana no se trata de hacerla perfecta. Se trata de hacerla tuya. De encontrar ese punto exacto entre sostener y soltar. Entre activar lo justo… y no morir en el intento.

Todo esto y muchas más revelaciones (nada místicas, muy corporales y aderezadas con mi opinión personal) están en la nueva edición del libro. Una guía honesta sobre cómo vivir las posturas desde el cuerpo real, no desde la foto perfecta.
Los libros clásicos te dicen cómo debería ser la postura. En la segunda edición de Asanas en evolución también te cuento cómo es de verdad.
Para que tu práctica no sea una persecución constante…sino un reencuentro contigo.
Om shanti shanti requeteshanti
Julia