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Qué es el yoga dinámico, para qué sirve y a quién se lo recomiendo

Yoga dinámico

Es un estilo relativamente moderno cuya popularidad ha crecido exponencialmente con la llegada del yoga a occidente. El yoga dinámico es un estilo de yoga que, a su vez, puede englobar muchos otros estilos de yoga que se diferencian entre sí.

Podrás encontrar tantos estilos de yoga dinámicos como personas hay en el mundo ya que muchos profesores han creado el suyo propio. Sin embargo, esto no es lo habitual, por lo que nos centraremos en los principales y más famosos estilos de yoga dinámico que son el ashtanga vinyasa, el vinyasa flow, el rocket yoga y el power yoga.

Todos ellos provienen del hatha yoga, que es el estilo de yoga físico (de posturas) más antiguo, el original. Y se caracterizan principalmente por tres cosas:

-Practican posturas y las mantienen durante menos tiempo que el yoga tradicional

-Pasan de unas posturas a otras a una velocidad mayor que el yoga tradicional

-Sincronizar el movimiento con la respiración

1.Duración de las posturas

Los estilos dinámicos suelen mantener las posturas durante poco tiempo, especialmente en la fase álgida de la sesión. Al principio y al final las mantienen más tiempo pero suelen pasar de unas a otras rápidamente durante la fase de “venida arriba”.

Este dinamismo suele pillar por sorpresa a las personas que vienen del hatha yoga o de estilos más estáticos. Para mí, de hecho, fue un shock. En 2015, después de mi primera (y última) clase de rocket yoga dibujé esta viñeta.

La duración de las posturas se mide por respiraciones y no por segundos. Estilos como el ashtanga vinyasa pueden aguantar las posturas 5 respiraciones completas (inhalación y exhalación), otros como el vinyasa flow pueden mantenerla durante alguna menos y otros estilos más rápidos como el rocket o el power yoga a veces incluso hacen media respiración en una postura y la terminan en otra distinta.

Realmente no hay reglas fijas sobre esto, pero sí ciertas tendencias como las que acabo de explicar.

Lo que sí es seguro es que la duración de las posturas en los estilos de yoga dinámico son más cortas que en estilos más estáticos como el hatha, el yin o el restaurativo.

2. Transiciones rápidas

Esta fugacidad en la realización de las posturas te obliga a ser muy preciso en su ejecución, si quieres evitar lesiones. Por eso no suelo recomendar el yoga dinámico a personas que jamás han realizado yoga o algún deporte. Para las personas “poco físicas” es importante desarrollar primero la conciencia corporal y aprender las reglas básicas de alineación en yoga (algo que te quedaría claro clarísimo con mi Manual digital cómo evitar lesiones en yoga) antes de ponerse a dar saltos sobre la esterilla en una sesión de yoga dinámico.

El dinamismo de estos estilos obliga a tener un conocimiento previo sobre ciertas posturas, especialmente las más básicas (y, si no las aprenderás a salto de mata).

Lo que suele enganchar de los estilos de yoga dinámico es precisamente esa rapidez en los movimientos que te obliga a estar pendiente de las instrucciones del profesor para no perderte y que no se te escape la postura siguiente. Es, digamos, una forma de meditación ya que esa atención impide que tu mente divague hacia los bucles de nuestras propias preocupaciones de la vida diaria.

Todos los estilos dinámicos tienen en común el uso de los vinyasas, que son una serie de posturas usadas como transición entre secuencias para reequilibrar el cuerpo y prepararnos para la siguiente. Estas posturas suelen ser phalankasana (plancha), chaturanga (bastón sobre cuatro miembros), urdhva mukha svanasana (perro arriba) y adho mukha svanasana (perro abajo).

Dado el carácter revientamuñecas, revientahombros y, en general, revientavidas de chaturanga encontramos una versión más light del vinyasa, con las siguientes posturas: phalankasana (plancha), ashtanga namaskar (rodillas-pecho-barbilla), bhujangasana (cobra) y adho mukha svanasana (perro abajo).

En estilos como el ashtanga vinyasa todas las secuencias están determinadas  y organizadas en series, por lo tanto, el alumno siempre sabe lo que le espera.

El profesor se dedica a dictar la sesión sobre una serie predeterminada, por lo que se centra en corregir al alumno y este a tratar de pulir la ejecución de las posturas y mejorar su respiración.

Es un estilo que tiene sus seguidores y sus detractores, ya que este carácter invariable de las secuencias les adentra en la más profunda meditación a algunos y en el más soporífero aburrimiento a otros.

Estilos como el rocket derivan del ashtanga vinyasa teniendo secuencias fijas pero dándoles un toque de creatividad quitando o añadiendo posturas. Además, les gusta meter paradas sobre manos, saltos y otras acrobacias durante vinyasas.

Por el contrario, estilos como el power yoga y el vinyasa flow se caracterizan por ser totalmente libres en su secuenciación de posturas. Normalmente la sesión se crea entorno a un elemento en concreto: una postura pico, un chakra, un concepto… cualquier cosa que al profesor se le ocurra y quiera trabajar ese día.

Permite dar rienda suelta a la creatividad del profesor, lo cual despierta diferentes emociones en los alumnos cada día y ayuda a que exploren diferentes sensaciones al cambiar el orden de las posturas y las mismas asanas en sí con variantes más o menos enrevesadas.

Los estilos de yoga con estructuras y secuencias prefijadas pueden resultar algo aburridos pero sin duda fomentan la introspección y el control de la mente y el cuerpo. Los estilos de secuenciación libre, por el contrario, son más divertidos y creativos.

Sin embargo, como cada clase puede ser diferente, obligan al profesor a explicar de cero esas nuevas secuencias, lo que le fuerza a hablar más, y esto obliga a los alumnos a que estén pendientes en todo momento del profesor, lo que dificulta en cierta manera que el alumno dirija su mirada a su interior. Como ves, ningún estilo de yoga es perfecto, pero sí son todos maravillosos.

3. Respiración sincronizada

Lo que todos los estilos de yoga dinámico tienen en común es el foco en la respiración. No hay movimiento sin respiración lo que significa que las inhalaciones y las exhalaciones siempre lideran el movimiento, y no al revés.

Cada profesor tiene sus propios criterios a la hora de entrar inhalando o exhalando en ciertas posturas. Sin embargo, la regla general establece que debemos facilitar los patrones de respiración de nuestro cuerpo. Es decir, que si cuando inhalo mi pecho se expande, será más fácil comenzar inhalando con las posturas de extensión de espalda (hacia atrás y lateralmente). Y si cuando exhalamos nuestro pecho y abdomen se retraen será más sencillo comenzar exhalando en las posturas de flexión de espalda y torsión.

De esta forma no solo es más intuitivo sino que facilita la sincronización del movimiento y la respiración. De hecho, si te fijas, así es como se coordinan las posturas y la respiración en el Saludo al Sol, la secuencia más famosa del yoga. ¿Qué no sabes cómo se respira en el Saludo al Sol? Entonces tienes que hacerte con mi curso online Saluda al Sol como Shiva manda, donde te explico todo acerca de las posturas, los dos tipos de Saludo al Sol y cómo estos se sincronizan con la respiración.

¿A quién le recomiendo practicar yoga dinámico?

Como siempre digo, hay un estilo de yoga para cada persona y cada humor. Por lo tanto, cada día puedes practicar un estilo distinto, no tienes por qué aferrarte a uno en concreto.

El yoga dinámico proporciona vitalidad, energía y activación de nuestro sistema nervioso. Por ello, viene súper bien para las personas que deseen adquirir chutes de energía por la mañana sin necesidad de tomarse el café, lavarse la cara con agua fría y darse dos bofetones para despertarse. El yoga dinámico activa que da gusto y te da capacidad y energía para enfrentarte a todo lo que te brinde tu día.

Para las personas ansiosas e hiperactivas viene genial para desfogar pero conviene combinar los estilos dinámicos con otros más calmaditos para aprender a relajarse y adquirir herramientas de autocontrol. Yo conocí el yoga dinámico en una época de mi vida en la que sufría ansiedad y fue mano de santo.

 

Para las personas más pachorronas y sedentarias, viene de lujo para hacer que muevan el culo del sofá y hagan algo con su vida. Personalmente, cuando descubrí el yoga, era una persona poco o cero activa. No me quería mover ni un cm del sofá. Estaba hasta orgullosa de ser sedentaria. Descubrir el yoga dinámico y así tener cubierto el movimiento cardiovascular mínimo sin tener que salir a correr o ir al gimnasio fue una revolución en mi persona. Cambió totalmente mi estilo de vida y me enganchó. Ahora no solo practico yoga, también salgo a caminar y voy al gimnasio (¿ddiiiiccesss?).

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Como ves, el yoga dinámico tiene muchas ventajas y beneficios. ¿Te gustaría aprender más? En mi Manual digital de iniciación al yoga dinámico te cuento todo lo que necesitas saber para iniciarte en mi estilo favorito: el vinyasa flow. En esta guía te explico cómo se estructura una sesión, cuáles son las secuencias y posturas más básicas y cómo secuenciarlas para al final mostrarte una sesión completa de yoga con lógica y coherencia para que realmente obtengas los beneficios de la práctica. Hazte con tu manual digital desde este enlace.

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Om shanti shanti requeteshanti
Julia

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