Dolor de espalda después de yoga
Es muy típico ir a yoga para atajar los problemas de espalda y salir más baldado de lo que estábamos. La primera reacción es echarle toda la responsabilidad al profesor. “Lo hace mal”, “No ha corregido lo suficiente”. Pero realmente, hay que mirar hacia dentro y responderse las siguientes preguntas:
- ¿Has intentado que tu postura se vea como la de tu profesor?
- De las variantes que te ha ofrecido, ¿has intentado hacerlas todas, incluso las más avanzadas?
- Cuando tu profe te ha pedido que retrocedas en la postura si es intensa, ¿le has ignorado?
- Cuando tu profesor te pide que no fuerces la postura si notas resistencia, ¿le has ignorado?
- Cuando tu profesor te ha pedido que metas el ombligo adentro, ¿le has ignorado?
- Cuando te ha invitado a doblar las rodillas para tocar tus pies, ¿le has ignorado?
- Cuando te sugieren alargar la espalda antes de moverte a la siguiente postura, ¿le has ignorado?
Cuenta el número de “síes” que has contestado en estas preguntas. Cuantos más tengas, más probabilidades habrá de que te duela la espalda después de yoga.
Son múltiples las causas que provocan un dolor de espalda. Pero se pueden resumir en dos:
1. No escuchar a tu profesor
2. No escuchar a tu cuerpo
Y antes de que te enfades conmigo por cargarte a ti con toda la responsabilidad de tu espalda, sigue leyendo.
Es normal que no escuches a tu profesor y no escuches tu cuerpo. Es comprensible. No estamos educados para ello. Vamos a salto de mata, prestando la atención justa para sobrevivir.
Si te das cuenta, en una sesión de yoga lo que trabajamos es la atención. Así que es normal que nos despistemos y no oigamos todas las instrucciones de nuestro profe. Además, las que se nos suelen pasar son las más importantes. Y, si tenemos que escuchar a nuestro profesor, ¡es muy difícil que a la vez escuchemos nuestro cuerpo!
Así que, el control de la atención, como siempre, irá sucediendo poco a poco. Con práctica. Cuanto más vayamos a clase, más fácil nos será prestar atención a todas las instrucciones, seguirlas y ver cómo responde nuestro cuerpo.
Una vez que podamos atender a las señales del cuerpo, podremos decidir si esa instrucción le viene bien o mal y decidir si continuar con ella o no. Y solo así evitaremos ese dolor de espalda tras cada sesión.
Si, aun así, no tenemos suficiente y queremos aprender cómo funciona el cuerpo durante la práctica de yoga y cuáles son los secretos para mantenerlo libre de lesiones por los siglos de los siglos, entonces recomiendo leer mi libro Cómo evitar lesiones en yoga. Un manual imprescindible para todo yogui.
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