Qué es el suelo pélvico
En los últimos años hemos oído hablar del suelo pélvico bastante. Sin embargo, muchos aún no saben ni siquiera qué es ni dónde está. Los que se hacen una ligera idea piensan que es aquella adversidad que viven algunas señoras cuando ven cómo los órganos internos se les salen por la vagina.
Pues bien, no hace falta ser una señora y haber parido 5 veces para que finalmente te tengan que poner una malla dentro de la flor para mantenerlo todo ahí dentro. Y tampoco es lo único que le puede suceder a tu suelo pélvico. También te puede ocurrir lo contrario, que le hagas trabajar tanto que esté exhausto y se declare en huelga provocando dolor y malestar.
¡Pero no te asustes! No te tiene por qué suceder nada de esto. Pero es importante darle visibilidad y trabajar en nuestros bajos para mantenerlos sanos.
Nuestro estilo de vida actual pueden provocar estas dos situaciones.
También es importante que sepas que el suelo pélvico no se compone de la vagina y ya está (de hecho, los hombres también tienen uno y no tienen vagina…). Esta parte del cuerpo está compuesta de muchísimos más músculos (y muchos, muuuy profundos) como el elevador del ano, el piramidal, bulbocavernoso, isquocavernoso, trasverso superficial y profundo, pubovaginal, puborectal, entre otros.
¿Cuáles son los problemas de suelo pélvico?
La hipotonía del suelo pélvico es cuando nuestros músculos de “ahí abajo” están débiles y no pueden soportar el pesazo de nuestros órganos internos. Con el fin de que poder sujetarlos y no encontrarnos el esófago circulando por la vagina así de golpe y porrazo, lo suyo es realizar ejercicios específicos para fortalecer.
La hipertonía, por el contrario, es tener un suelo pélvico contracturado, con un tono muscular tenso. Lo cual no significa que el suelo pélvico lo tengas fuerte, más bien al contrario. Un músculo contracturado es un músculo débil, nada útil, pues no puede hacer su función correctamente y, además, duele. Lo suyo es ir al fisio del suelo pélvico (sí, sí, ¡existen!), que te meta los dedos por semejante sitio y relaje la zona. También aprender a soltar el suelo pélvico con ejercicios específicos es de vital importancia.
¿Cómo tratar los problemas de suelo pélvico?
Tanto para una situación como para la otra necesitamos:
- Encontrar la raíz del problema
- Contactar a un experto/a del tema
- Hacer ejercicios específicos
Para esto último el yoga te puede ayudar muchísimo.
Mi experiencia
Yo misma tuve el segundo problema. En 2019 empecé a notarme molestias en la zona de las ingles y de mis genitales: tensión, dolor en las relaciones, rigidez y aparentes infecciones de orina que iban y venían sin un patrón determinado. Contacté a médicos y a fisios porque, además, ese dolor a veces se manifestaba también en el sacro.
Finalmente acabé en la consulta de una fisioterapeuta maravillosa, Susana Sánchez, que me dijo que tenía un suelo pélvico hipertónico (¡y yo que creía que lo tenía fuerte como para partir nueces!) y que mi problema tenía componente emocional. A raíz de entonces me tomé en serio mi práctica de meditación (la cual he continuado como una campeona desde entonces).
También tomé varias sesiones con ella. En su consulta me pasaba una maquinita por la zona (como si fuera una ecografía pero irradiando calorcito) al principio y después me hacía terapia manual. Aunque esta última técnica es bastante desagradable al principio (tanto como ir al ginecólogo), Susana fue muy suave y no solo no me provocó dolor sino que me quitó el que ya tenía. Unas pocas sesiones bastaron para tener mi muladhara chakra a tope otra vez. Si quieres saber más sobre mi experiencia con la hipertonía de suelo pélvico, haz clic aquí (próximamente).
Sin embargo, no es prana todo lo que reluce. No basta con quitar el síntoma. Necesitamos atajar el problema.
Lucía Gómez Molina, también especialista en suelo pélvico, me contó que se trata de una zona típica donde inconscientemente albergamos tensión, especialmente las mujeres jóvenes. Es como quien aprieta las manos o la mandíbula involuntariamente. De hecho, Maru de la Torre, profesora de yoga, me comentó en un taller que es muy común comenzar apretando inconscientemente la mandíbula y acabar también estrujando el suelo pélvico como si no hubiera un mañana. Está muy relacionado. Ambos cierran dos diafragmas o bandhas. ¿Casualidad?
¿Mulabandha sí o mulabandha no?
Toda esta información de expertas sobre el tema que recabé a lo largo del tiempo hizo que mi práctica de yoga no solo cambiara radicalmente con la meditación también por el estilo de yoga físico. El vinyasa flow que practicaba habitualmente y también el acroyoga exigían un uso del bandha del suelo pélvico (mulabandha) constante y pocas veces me encargaba de soltar o relajarlo después.
Inciso: un bandha es un cierre. Usamos la contracción de ciertos músculos para realizar un cierre energético, es decir, impedimos que la energía salga. Según los yoguis esto hace que alcancemos estados de conciencia requetechulis. En estilos como ashtanga se usan mucho, especialmente mulabandha. De hecho, en estas sesiones se pide que estés cerrando tu mulabandha (el suelo pélvico) todo el tiempo.
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Cómo aplicar el yoga a tu problema en los bajos
Si tienes tendencia, como yo, a albergar tensión en el toto, aborta mulabandha. Creará demasiada tensión en la zona y no obtendrás ningún beneficio de ese bandha. En yoga, hay que aprender que no todas las técnicas son para todo el mundo. También debes dosificar estilos de yoga dinámicos y tirarte más hacia los estáticos, especialmente el yin, y realizar posturas pasivas de estiramiento de suelo pélvico, piernas y caderas.
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Mientras que, por el contrario, sufres de hipotonía, es decir, debilidad en el suelo pélvico y necesitas fortalecerlo, entonces, ¡tu toto necesita ir al gimnasio!. ¡A por al yoga dinámico, con sus bandhas y toda la pesca! El yoga dinámico, con sus equilibrios (tanto de brazos como de piernas) y sus secuencias fluidas obligan a activar tu suelo pélvico ya que representa nuestro centro de gravedad y permite bloquear el tronco. Esto hace que te conviertas en un palo en vez de en un saco de patatas y los equilibrios salgan mejor.
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¡Como ves, está todo conectado! De ahí la importancia de conocer el origen del problema, investigar y contactar a expertos en el tema y poner chakras en el asunto.
Soy consciente de que muchas personas tienen alguno de estos dos problemas así que he creado varias clases de yoga con el foco en este problema.
Te dejo dos clases gratuitas (una para relajar y otra para fortalecer el suelo pélvico).
Yoga para relajar el suelo pélvico
Yoga para fortalecer el suelo pélvico
Encontrarás muchas más en mi escuela online bajo la categoría de “suelo pélvico”. ¡Espero que las disfrutes y que te haya gustado este post!
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Om shanti shanti requeteshanti
Julia