La verdad sobre la respiración en yoga

Sí, es realmente necesario respirar bien

No quiere decir que tengas que estar inhalando y exhalando como si estuvieras corriendo una maratón. Simplemente deja que tu cuerpo te diga la cantidad de oxígeno que necesitas. Es decir, si la postura es suave, calmada, solo observa tu respiración y trata de contar la duración de la inhalación, la pequeña apnea (segundos que estás en retención de manera inconsciente y necesaria) y de exhalación. 

Si la postura, transición o secuencia es más dinámica y exigente físicamente, preocúpate por seguir cogiendo y soltando el aire por la nariz, evitando retener en exceso o respirar por la boca. Si ves que te ahogas y necesitas, sí o sí, tomar aire por la boca, hazlo, no pasa nada. Pero el vello de la nariz es un filtro estupendo para evitar dejar pasar las bacterias o coger infecciones. La boca no tiene ese sofisticado sistema.
Escucha siempre a tu cuerpo y, si por hacerlo tienes que respirar fuerte y al vecino le suena mal o le molesta, que se aguante.

Descárgate GRATIS las primeras páginas del libro "Cómo evitar lesiones en yoga"

Conoce los secretos de una práctica segura.

Ser constante es imprescindible para recibir los beneficios de la práctica del yoga. Sin embargo, las lesiones son un alto en el camino que interrumpen nuestro progreso e, incluso, nos hacen retroceder.

Con este libro sabrás qué tienes que hacer para llevar a cabo una práctica segura evitando no solo el dolor, también molestias y posibles lesiones.

Los "aahhh" tienen su por qué y no, no son para excitar al resto

Muchas veces en clase el profesor te va a animar a que sueltes una exhalación grande por la boca con su “aahhh” correspondiente. Mucha gente se siente incómoda al principio. Pero al ver la capacidad tan grande y placentera de relajar y soltar tensiones, al final está deseando que lleguen y los vive como si estuviera teniendo un encuentro con la persona de sus sueños. No digo yo que haya que gritar como un energúmeno, para eso tenemos los “oms” al final de clase. 

Pero sí aprovechar el momento para soltar todo el aire y relajar los puntos de tensión que no hemos sido capaces de aflojar antes. Precisamente por esto, normalmente se hace al final de clase antes de savasana o la postura del cadáver para entrar a la relajación más suave que un guante. Sin embargo, si el profesor ve a los alumnos algo más tensos de lo habitual (hay clases de vinyasa que son una tortura china, ¡y venga chaturangas, perros abajo y peso en las manos!) también lo puede usar a mitad de clase al finalizar una secuencia particularmente dura. ¡Y sienta de maravilla!

La clave está en la respiración

Efectivamente antes de hacer yoga no estamos acostumbrados a oír a otras personas respirar. Sin embargo, una vez estás metido en el ajo lo normalizas. Y cuando te conviertes en profesor es lo que más deseas oír. Personalmente prefiero que un alumno tarde el doble en conseguir una postura (o incluso que no la consiga nunca) si al menos saber respirar correctamente.

Mi profesor de ashtanga (los escasos días de mi vida que dediqué a este estilo, no es lo mío) decía que tenía personas que hacían hasta la sexta serie y acababan para ingresarlos, pues eran incapaces de respirar. Sin embargo, otros terminaban la primera sin despeinarse y con más energía que un móvil recién cargado. Probablemente la cuenta de Instagram del primero molaría más que la del segundo pero adivina quién se beneficia más del yoga… Efectivamente, la clave está en la respiración.

La viñeta de este post es absolutamente autobiográfica. Yo era de las que se incomodaba con la respiración de los demás y ahora es música para mis oídos cuando escucho a mis alumnos respirar de forma constante, consciente y fluida.

¿Y tú, cómo respiras en yoga?

Om shanti shanti requeteshanti
Julia

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En todos estos recursos hago un énfasis especial en aprender a conectar con nuestra respiración como criterio para saber si lo estamos haciendo bien y como iniciador del movimiento. ¡Aprende conmigo a optimizar tu respiración en yoga!

Respiración en yoga

Cuando comienzas a practicar yoga la respiración te la trae floja… es como lo mínimo que tienes que hacer para sobrevivir. Y, total, ya lo haces inconscientemente, ¿para qué me voy a fijar en ella? Eso sí, cuando vas a tus primeras clases y te toca al lado de practicantes que se lo toman en serio te preguntas:

“¿Por qué la gente respira tan fuerte?”

“¿Es realmente necesario?”

“¿Tienen que gemir? ¿Están tratando de excitar al resto? ¿Qué me dices de los “aahhhh”?”

Al principio te sientes violento como las primeras veces que viste y oíste jugar un partido de tenis.

Sin embargo, te contaré la verdad sobre la respiración en yoga.

No quiere decir que tengas que estar inhalando y exhalando como si estuvieras corriendo una maratón. Simplemente deja que tu cuerpo te diga la cantidad de oxígeno que necesitas. Es decir, si la postura es suave, calmada, solo observa tu respiración y trata de contar la duración de la inhalación, la pequeña apnea (segundos que estás en retención de manera inconsciente y necesaria) y de exhalación. 

Si la postura, transición o secuencia es más dinámica y exigente físicamente, preocúpate por seguir cogiendo y soltando el aire por la nariz, evitando retener en exceso o respirar por la boca. Si ves que te ahogas y necesitas, sí o sí, tomar aire por la boca, hazlo, no pasa nada. Pero el vello de la nariz es un filtro estupendo para evitar dejar pasar las bacterias o coger infecciones. La boca no tiene ese sofisticado sistema.
Escucha siempre a tu cuerpo y, si por hacerlo tienes que respirar fuerte y al vecino le suena mal o le molesta, que se aguante.

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Ser constante es imprescindible para recibir los beneficios de la práctica del yoga. Sin embargo, las lesiones son un alto en el camino que interrumpen nuestro progreso e, incluso, nos hacen retroceder.

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Los "aahhh" tienen su por qué y no, no son para excitar al resto

Muchas veces en clase el profesor te va a animar a que sueltes una exhalación grande por la boca con su “aahhh” correspondiente. Mucha gente se siente incómoda al principio. Pero al ver la capacidad tan grande y placentera de relajar y soltar tensiones, al final está deseando que lleguen y los vive como si estuviera teniendo un encuentro con la persona de sus sueños. No digo yo que haya que gritar como un energúmeno, para eso tenemos los “oms” al final de clase. 

Pero sí aprovechar el momento para soltar todo el aire y relajar los puntos de tensión que no hemos sido capaces de aflojar antes. Precisamente por esto, normalmente se hace al final de clase antes de savasana o la postura del cadáver para entrar a la relajación más suave que un guante. Sin embargo, si el profesor ve a los alumnos algo más tensos de lo habitual (hay clases de vinyasa que son una tortura china, ¡y venga chaturangas, perros abajo y peso en las manos!) también lo puede usar a mitad de clase al finalizar una secuencia particularmente dura. ¡Y sienta de maravilla!

La clave está en la respiración

Efectivamente antes de hacer yoga no estamos acostumbrados a oír a otras personas respirar. Sin embargo, una vez estás metido en el ajo lo normalizas. Y cuando te conviertes en profesor es lo que más deseas oír. Personalmente prefiero que un alumno tarde el doble en conseguir una postura (o incluso que no la consiga nunca) si al menos saber respirar correctamente.

Mi profesor de ashtanga (los escasos días de mi vida que dediqué a este estilo, no es lo mío) decía que tenía personas que hacían hasta la sexta serie y acababan para ingresarlos, pues eran incapaces de respirar. Sin embargo, otros terminaban la primera sin despeinarse y con más energía que un móvil recién cargado. Probablemente la cuenta de Instagram del primero molaría más que la del segundo pero adivina quién se beneficia más del yoga… Efectivamente, la clave está en la respiración.

La viñeta de este post es absolutamente autobiográfica. Yo era de las que se incomodaba con la respiración de los demás y ahora es música para mis oídos cuando escucho a mis alumnos respirar de forma constante, consciente y fluida.

¿Y tú, cómo respiras en yoga?

Om shanti shanti requeteshanti
Julia

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Sí, es realmente necesario respirar bien

No quiere decir que tengas que estar inhalando y exhalando como si estuvieras corriendo una maratón. Simplemente deja que tu cuerpo te diga la cantidad de oxígeno que necesitas. Es decir, si la postura es suave, calmada, solo observa tu respiración y trata de contar la duración de la inhalación, la pequeña apnea (segundos que estás en retención de manera inconsciente y necesaria) y de exhalación. 

Si la postura, transición o secuencia es más dinámica y exigente físicamente, preocúpate por seguir cogiendo y soltando el aire por la nariz, evitando retener en exceso o respirar por la boca. Si ves que te ahogas y necesitas, sí o sí, tomar aire por la boca, hazlo, no pasa nada. Pero el vello de la nariz es un filtro estupendo para evitar dejar pasar las bacterias o coger infecciones. La boca no tiene ese sofisticado sistema.
Escucha siempre a tu cuerpo y, si por hacerlo tienes que respirar fuerte y al vecino le suena mal o le molesta, que se aguante.

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Ser constante es imprescindible para recibir los beneficios de la práctica del yoga. Sin embargo, las lesiones son un alto en el camino que interrumpen nuestro progreso e, incluso, nos hacen retroceder.

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Los "aahhh" tienen su por qué y no, no son para excitar al resto

Muchas veces en clase el profesor te va a animar a que sueltes una exhalación grande por la boca con su “aahhh” correspondiente. Mucha gente se siente incómoda al principio. Pero al ver la capacidad tan grande y placentera de relajar y soltar tensiones, al final está deseando que lleguen y los vive como si estuviera teniendo un encuentro con la persona de sus sueños. No digo yo que haya que gritar como un energúmeno, para eso tenemos los “oms” al final de clase. 

Pero sí aprovechar el momento para soltar todo el aire y relajar los puntos de tensión que no hemos sido capaces de aflojar antes. Precisamente por esto, normalmente se hace al final de clase antes de savasana o la postura del cadáver para entrar a la relajación más suave que un guante. Sin embargo, si el profesor ve a los alumnos algo más tensos de lo habitual (hay clases de vinyasa que son una tortura china, ¡y venga chaturangas, perros abajo y peso en las manos!) también lo puede usar a mitad de clase al finalizar una secuencia particularmente dura. ¡Y sienta de maravilla!

La clave está en la respiración

Efectivamente antes de hacer yoga no estamos acostumbrados a oír a otras personas respirar. Sin embargo, una vez estás metido en el ajo lo normalizas. Y cuando te conviertes en profesor es lo que más deseas oír. Personalmente prefiero que un alumno tarde el doble en conseguir una postura (o incluso que no la consiga nunca) si al menos saber respirar correctamente.

Mi profesor de ashtanga (los escasos días de mi vida que dediqué a este estilo, no es lo mío) decía que tenía personas que hacían hasta la sexta serie y acababan para ingresarlos, pues eran incapaces de respirar. Sin embargo, otros terminaban la primera sin despeinarse y con más energía que un móvil recién cargado. Probablemente la cuenta de Instagram del primero molaría más que la del segundo pero adivina quién se beneficia más del yoga… Efectivamente, la clave está en la respiración.

La viñeta de este post es absolutamente autobiográfica. Yo era de las que se incomodaba con la respiración de los demás y ahora es música para mis oídos cuando escucho a mis alumnos respirar de forma constante, consciente y fluida.

¿Y tú, cómo respiras en yoga?

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La gente no respira fuerte porque sí

Seguramente te ha pasado alguna vez que has salido de yoga sintiendo como que flotas, ¿verdad? Eso no ha sido por las posturas, ha sido por RESPIRAR BIEN durante las posturas. La respiración además regula nuestro nivel de energía (nos aplatana o nos venimos arriba).

Por esto mismo se enfatiza la respiración en la práctica, especialmente si el esfuerzo físico es intenso: para facilitar la que la sangre llegue oxigenada a todas las partes del cuerpo y salgamos de clase como si estuviéramos fumaos. Retener o aguantar la respiración lo que hará será marearte, tus órganos no recibirán el oxígeno que necesitan y evitarás recibir todos los beneficios de la práctica.

Entonces, si oyes al vecino respirar fuerte no significa que se esté insinuando ni pretende fastidiarte, simplemente está realizando una postura que probablemente le esté costando bastante esfuerzo y necesite hacer, por lo tanto, respiraciones más profundas para recibir los beneficios y salir levitando de clase después.

Sí, es realmente necesario respirar bien

No quiere decir que tengas que estar inhalando y exhalando como si estuvieras corriendo una maratón. Simplemente deja que tu cuerpo te diga la cantidad de oxígeno que necesitas. Es decir, si la postura es suave, calmada, solo observa tu respiración y trata de contar la duración de la inhalación, la pequeña apnea (segundos que estás en retención de manera inconsciente y necesaria) y de exhalación. 

Si la postura, transición o secuencia es más dinámica y exigente físicamente, preocúpate por seguir cogiendo y soltando el aire por la nariz, evitando retener en exceso o respirar por la boca. Si ves que te ahogas y necesitas, sí o sí, tomar aire por la boca, hazlo, no pasa nada. Pero el vello de la nariz es un filtro estupendo para evitar dejar pasar las bacterias o coger infecciones. La boca no tiene ese sofisticado sistema.
Escucha siempre a tu cuerpo y, si por hacerlo tienes que respirar fuerte y al vecino le suena mal o le molesta, que se aguante.

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Ser constante es imprescindible para recibir los beneficios de la práctica del yoga. Sin embargo, las lesiones son un alto en el camino que interrumpen nuestro progreso e, incluso, nos hacen retroceder.

Con este libro sabrás qué tienes que hacer para llevar a cabo una práctica segura evitando no solo el dolor, también molestias y posibles lesiones.

Los "aahhh" tienen su por qué y no, no son para excitar al resto

Muchas veces en clase el profesor te va a animar a que sueltes una exhalación grande por la boca con su “aahhh” correspondiente. Mucha gente se siente incómoda al principio. Pero al ver la capacidad tan grande y placentera de relajar y soltar tensiones, al final está deseando que lleguen y los vive como si estuviera teniendo un encuentro con la persona de sus sueños. No digo yo que haya que gritar como un energúmeno, para eso tenemos los “oms” al final de clase. 

Pero sí aprovechar el momento para soltar todo el aire y relajar los puntos de tensión que no hemos sido capaces de aflojar antes. Precisamente por esto, normalmente se hace al final de clase antes de savasana o la postura del cadáver para entrar a la relajación más suave que un guante. Sin embargo, si el profesor ve a los alumnos algo más tensos de lo habitual (hay clases de vinyasa que son una tortura china, ¡y venga chaturangas, perros abajo y peso en las manos!) también lo puede usar a mitad de clase al finalizar una secuencia particularmente dura. ¡Y sienta de maravilla!

La clave está en la respiración

Efectivamente antes de hacer yoga no estamos acostumbrados a oír a otras personas respirar. Sin embargo, una vez estás metido en el ajo lo normalizas. Y cuando te conviertes en profesor es lo que más deseas oír. Personalmente prefiero que un alumno tarde el doble en conseguir una postura (o incluso que no la consiga nunca) si al menos saber respirar correctamente.

Mi profesor de ashtanga (los escasos días de mi vida que dediqué a este estilo, no es lo mío) decía que tenía personas que hacían hasta la sexta serie y acababan para ingresarlos, pues eran incapaces de respirar. Sin embargo, otros terminaban la primera sin despeinarse y con más energía que un móvil recién cargado. Probablemente la cuenta de Instagram del primero molaría más que la del segundo pero adivina quién se beneficia más del yoga… Efectivamente, la clave está en la respiración.

La viñeta de este post es absolutamente autobiográfica. Yo era de las que se incomodaba con la respiración de los demás y ahora es música para mis oídos cuando escucho a mis alumnos respirar de forma constante, consciente y fluida.

¿Y tú, cómo respiras en yoga?

Om shanti shanti requeteshanti
Julia

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Respiración en yoga

Cuando comienzas a practicar yoga la respiración te la trae floja… es como lo mínimo que tienes que hacer para sobrevivir. Y, total, ya lo haces inconscientemente, ¿para qué me voy a fijar en ella? Eso sí, cuando vas a tus primeras clases y te toca al lado de practicantes que se lo toman en serio te preguntas:

“¿Por qué la gente respira tan fuerte?”

“¿Es realmente necesario?”

“¿Tienen que gemir? ¿Están tratando de excitar al resto? ¿Qué me dices de los “aahhhh”?”

Al principio te sientes violento como las primeras veces que viste y oíste jugar un partido de tenis.

Sin embargo, te contaré la verdad sobre la respiración en yoga.

No quiere decir que tengas que estar inhalando y exhalando como si estuvieras corriendo una maratón. Simplemente deja que tu cuerpo te diga la cantidad de oxígeno que necesitas. Es decir, si la postura es suave, calmada, solo observa tu respiración y trata de contar la duración de la inhalación, la pequeña apnea (segundos que estás en retención de manera inconsciente y necesaria) y de exhalación. 

Si la postura, transición o secuencia es más dinámica y exigente físicamente, preocúpate por seguir cogiendo y soltando el aire por la nariz, evitando retener en exceso o respirar por la boca. Si ves que te ahogas y necesitas, sí o sí, tomar aire por la boca, hazlo, no pasa nada. Pero el vello de la nariz es un filtro estupendo para evitar dejar pasar las bacterias o coger infecciones. La boca no tiene ese sofisticado sistema.
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Los "aahhh" tienen su por qué y no, no son para excitar al resto

Muchas veces en clase el profesor te va a animar a que sueltes una exhalación grande por la boca con su “aahhh” correspondiente. Mucha gente se siente incómoda al principio. Pero al ver la capacidad tan grande y placentera de relajar y soltar tensiones, al final está deseando que lleguen y los vive como si estuviera teniendo un encuentro con la persona de sus sueños. No digo yo que haya que gritar como un energúmeno, para eso tenemos los “oms” al final de clase. 

Pero sí aprovechar el momento para soltar todo el aire y relajar los puntos de tensión que no hemos sido capaces de aflojar antes. Precisamente por esto, normalmente se hace al final de clase antes de savasana o la postura del cadáver para entrar a la relajación más suave que un guante. Sin embargo, si el profesor ve a los alumnos algo más tensos de lo habitual (hay clases de vinyasa que son una tortura china, ¡y venga chaturangas, perros abajo y peso en las manos!) también lo puede usar a mitad de clase al finalizar una secuencia particularmente dura. ¡Y sienta de maravilla!

La clave está en la respiración

Efectivamente antes de hacer yoga no estamos acostumbrados a oír a otras personas respirar. Sin embargo, una vez estás metido en el ajo lo normalizas. Y cuando te conviertes en profesor es lo que más deseas oír. Personalmente prefiero que un alumno tarde el doble en conseguir una postura (o incluso que no la consiga nunca) si al menos saber respirar correctamente.

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No quiere decir que tengas que estar inhalando y exhalando como si estuvieras corriendo una maratón. Simplemente deja que tu cuerpo te diga la cantidad de oxígeno que necesitas. Es decir, si la postura es suave, calmada, solo observa tu respiración y trata de contar la duración de la inhalación, la pequeña apnea (segundos que estás en retención de manera inconsciente y necesaria) y de exhalación. 

Si la postura, transición o secuencia es más dinámica y exigente físicamente, preocúpate por seguir cogiendo y soltando el aire por la nariz, evitando retener en exceso o respirar por la boca. Si ves que te ahogas y necesitas, sí o sí, tomar aire por la boca, hazlo, no pasa nada. Pero el vello de la nariz es un filtro estupendo para evitar dejar pasar las bacterias o coger infecciones. La boca no tiene ese sofisticado sistema.
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Muchas veces en clase el profesor te va a animar a que sueltes una exhalación grande por la boca con su “aahhh” correspondiente. Mucha gente se siente incómoda al principio. Pero al ver la capacidad tan grande y placentera de relajar y soltar tensiones, al final está deseando que lleguen y los vive como si estuviera teniendo un encuentro con la persona de sus sueños. No digo yo que haya que gritar como un energúmeno, para eso tenemos los “oms” al final de clase. 

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Mi profesor de ashtanga (los escasos días de mi vida que dediqué a este estilo, no es lo mío) decía que tenía personas que hacían hasta la sexta serie y acababan para ingresarlos, pues eran incapaces de respirar. Sin embargo, otros terminaban la primera sin despeinarse y con más energía que un móvil recién cargado. Probablemente la cuenta de Instagram del primero molaría más que la del segundo pero adivina quién se beneficia más del yoga… Efectivamente, la clave está en la respiración.

La viñeta de este post es absolutamente autobiográfica. Yo era de las que se incomodaba con la respiración de los demás y ahora es música para mis oídos cuando escucho a mis alumnos respirar de forma constante, consciente y fluida.

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Por esto mismo se enfatiza la respiración en la práctica, especialmente si el esfuerzo físico es intenso: para facilitar la que la sangre llegue oxigenada a todas las partes del cuerpo y salgamos de clase como si estuviéramos fumaos. Retener o aguantar la respiración lo que hará será marearte, tus órganos no recibirán el oxígeno que necesitan y evitarás recibir todos los beneficios de la práctica.

Entonces, si oyes al vecino respirar fuerte no significa que se esté insinuando ni pretende fastidiarte, simplemente está realizando una postura que probablemente le esté costando bastante esfuerzo y necesite hacer, por lo tanto, respiraciones más profundas para recibir los beneficios y salir levitando de clase después.

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Muchas veces en clase el profesor te va a animar a que sueltes una exhalación grande por la boca con su “aahhh” correspondiente. Mucha gente se siente incómoda al principio. Pero al ver la capacidad tan grande y placentera de relajar y soltar tensiones, al final está deseando que lleguen y los vive como si estuviera teniendo un encuentro con la persona de sus sueños. No digo yo que haya que gritar como un energúmeno, para eso tenemos los “oms” al final de clase. 

Pero sí aprovechar el momento para soltar todo el aire y relajar los puntos de tensión que no hemos sido capaces de aflojar antes. Precisamente por esto, normalmente se hace al final de clase antes de savasana o la postura del cadáver para entrar a la relajación más suave que un guante. Sin embargo, si el profesor ve a los alumnos algo más tensos de lo habitual (hay clases de vinyasa que son una tortura china, ¡y venga chaturangas, perros abajo y peso en las manos!) también lo puede usar a mitad de clase al finalizar una secuencia particularmente dura. ¡Y sienta de maravilla!

La clave está en la respiración

Efectivamente antes de hacer yoga no estamos acostumbrados a oír a otras personas respirar. Sin embargo, una vez estás metido en el ajo lo normalizas. Y cuando te conviertes en profesor es lo que más deseas oír. Personalmente prefiero que un alumno tarde el doble en conseguir una postura (o incluso que no la consiga nunca) si al menos saber respirar correctamente.

Mi profesor de ashtanga (los escasos días de mi vida que dediqué a este estilo, no es lo mío) decía que tenía personas que hacían hasta la sexta serie y acababan para ingresarlos, pues eran incapaces de respirar. Sin embargo, otros terminaban la primera sin despeinarse y con más energía que un móvil recién cargado. Probablemente la cuenta de Instagram del primero molaría más que la del segundo pero adivina quién se beneficia más del yoga… Efectivamente, la clave está en la respiración.

La viñeta de este post es absolutamente autobiográfica. Yo era de las que se incomodaba con la respiración de los demás y ahora es música para mis oídos cuando escucho a mis alumnos respirar de forma constante, consciente y fluida.

¿Y tú, cómo respiras en yoga?

Om shanti shanti requeteshanti
Julia

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21 comentarios en “La verdad sobre la respiración en yoga”

  1. Genial, julia , como siempre es lo que mas me gusta oír a mis alumnos , la postura no lo es tanto , la clave saber respirar , que escuchen a su cuerpo él les pide . Gracias cielo requetesahanti 😊

  2. Me pssaba lo mismo, solo tengo 2 años pràcticando y definitivamente, cuando entendí mi respiración, todo fue magnifico; logré mejorar mis posturas y mi vida en general hahaha

  3. Annabella Arencibia

    Mi maestro de pranayama dice “La respiración es audible solo al practicante” , y por su puesto la respiración es vital en la práctica de yoga como mencionas, un abrazo!

  4. como necesitaba saber que no soy la única que no está entendiendo lo de respirar… Este tipo de posts hace que entiendas cosas cuando eres nueva en esto… gracias Julia, me estoy convirtiendo en muy fan tuya

    1. Julia (Yoguineando)

      ¡Gracias, Carmen! Me alegro muchísimo de que te sirva, me animas a seguir así. Un abrazo enorme y gracias de nuevo

  5. Cuando comencé a hacer yoga, hace unos cuantos años, no le daba mucha importancia a la respiración porque daba por supuesto que eso lo sabía hacer desde que nací. Entonces daba más importancia a hacer bien todas las “posturitas” y quedar monísima haciéndolas. Con el tiempo me he dado cuenta que no era tan evidente que sabía respirar bien y que el mero postureo es algo vacío si no va acompañado de algo más. Y ese más es la respiración, que es el alimento del cuerpo pero también del alma. Hoy estoy en ese camino y lo estoy notando a todos los niveles en mi vida. Muchas gracias, Julia, por haber puesto el dedo en la “yaga” una vez más al tratar este tema. Un abrazo. Namasté y requeteshanti

    1. Julia (Yoguineando)

      Gracias, Estrella, por compartir tu experiencia, me ha encantado conocerla y además comparto tu opinión. Un abrazo enorme

  6. Excelente Julia, adoro sentir las respiraciones de mis alumnos, sobre todo cuando siento que exhalan y sueltan las tensiones…Gracias!!!!

  7. Que razón llevas Julia ….la respiración es el yoga , si no la elevas a su lugar no hay nada que hacer ….como tú dices hay veces que te cuesta más una asana y necesitas hacer más profunda tu respiración y ahí es donde viene tu bienestar ; yo sólo sé que voy a yoga que hasta me cuesta andar y salgo flotando en las ☁️☁️☁️ , gracias por tus post , Namaste ohhh santi requetesantiiiii 🙏🏻🧘‍♀️

  8. Qué razón tienes…soy logopeda y tengo tan automatizada y grabada a fuego la respiración para una correcta fonación que soy incapaz de cambiar el patrón en yoga…llevo dos años y aunque avancé algo (creo y espero) es lo que más me cuesta; bueno y que mi mente es bastante puñetera y no suelta el mando oye 🙈

    1. Julia (Yoguineando)

      Gracias, Iris, por tu comentario… incluso para los logopedas es complicado, cuando ya tienes un patrón… pero con trabajo y esfuerzo se conseguirá 🙂 Un abrazo enorme

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RESPONSABLE

JULIA ARTEAGA AGUILAR

FINALIDAD

GESTIONAR EL ENVIO DE INFORMACION Y PROSPECCION COMERCIAL Y DAR ACCESO A LOS PRODUCTOS ONLINE

LEGITIMACION

CONSENTIMIENTO DEL INTERESADO

DESTINATARIOS

EMPRESAS PROVEEDORAS NACIONALES Y ENCARGADOS DE TRATAMIENTO ACOGIDOS A PRIVACY SHIELD

DERECHOS

ACCEDER, RECTIFICAR Y SUPRIMIR LOS DATOS, ASI COMO OTROS DERECHOS COMO SE EXPLICA EN LA INFORMACION ADICIONAL

INFORMACION ADICIONAL

PUEDES CONSULTAR LA INFORMACION ADICIONAL Y DETALLADA SOBRE PROTECCION DE DATOS EN MI PAGINA WEB:

www.yoguineando.com

Hola, soy JULIA ARTEAGA AGUILAR y me dedico a:

DAR CLASES DE YOGA EN SUS DISTINTAS MODALIDADES Y FORMAS

Si me dejas tus datos personales los voy a cuidar y vigilar de forma minuciosa.

Solo voy a ceder tus datos si la ley me  obliga, como es incluirte en mis  declaraciones tributarias.  

Si los voy a ceder a las empresas de mi grupo empresarial de las que soy socio, si lo necesito para facturar.

Por cederme tus datos, no vas a perder tus derechos ni voy a usarlos de forma que te pueda perjudicar, te doy mi palabra. 

Voy a utilizar tus datos para que tengas acceso a mis servicios, de los que encontraras el detalle en esta web y también  para todas las novedades que voy a ir creando relacionadas con mi actividad. 

Dándome tus datos pasas a formar parte de mis clientesy por tanto, voy a tratarte según los valores de mi marca personal y que puedes ver en esta web.

El objetivo de este texto es que conozcas las condiciones de nuestra relación. Si introduces tus datos y le das a “lo he entendido”, significará que se ha producido el “consentimiento informado” y que aceptas libremente nuestra nueva relación. 

¿Qué voy a hacer con tus datos?

Los voy a guardar siguiendo todas las normas que marca la Ley. Mi negocio se basa en los datos que tengo, porque con ellos me relaciono contigo y doy acceso a las personas a mis productos.

Si no deseas continuar relacionándote conmigo, solo hace falta que me envíes un correo a info@yoguineando.com diciendo que te quieres dar de baja y mi sistema lo hará de forma automática. 

Pero si quieres pedir la portabilidad de tus datos a otro lugar, mi web está preparada para ello, envíame un correo con tu petición a info@yoguineando.com y rápidamente accederé a tu petición y te daré esa información en el formato adecuado.

Utilizaremos todo tipo de cookies que consideremos adecuados a nuestra marca personal.

También te informo que tienes derecho a solicitar una indemnización por el mal uso de tus datos, pero si clickasen “lo he entendido”, renuncias a cualquier posible indemnización por ese derecho. No es que quiera  evadir mis responsabilidades, ni mucho menos, pero ya sabes que la red no es segura, me pueden ciber atacar y robarme los datos sin que yo me dé cuenta, no soy experta informática, y yo solo puedo responder de aquello que haga de forma consciente o a veces inconsciente pero que salga de un acto propio. 

  • ¿Quién es el responsable del tratamiento de tus datos?

Identidad:  JULIA ARTEAGA AGUILAR

DNI-NIF:  47088321F

Dirección postal: C. Tejares 1  ALBACETE

Teléfono: 660280424

Correo electrónico: info@yoguineando.com

Delegado Protección de datos: JULIA ARTEAGA AGUILAR 

Contacto DPD:www.yoguinenado.com

2.- ¿Cuál es la finalidad del tratamiento de tus datos personales?

En esta web tratamos la información que nos facilitan las personas interesadas con los siguientes fines:

  • Con el fin de gestionar el envío de la información que nos soliciten.
  • Facilitar y ofrecer a los interesados ofertas de productos y servicios de su interés.
  • Mejorar su experiencia de usuario.

Para cumplir estos fines elaboraremos un perfil comercial en base a la información facilitada.

No se tomarán decisiones automatizadas en base a los perfiles de la base de datos.

Sí se enviarán correos electrónicos automatizados, previamente programados por el titular de los datos o de sus proveedores de servicios o asalariados, con la finalidad de enviar la información de las novedades del blog, y de los productos comerciales que se ofrecerán a través de esta web, tanto si están alojados en ella como en plataformas de terceros proveedores de dicho servicio.

También utilizaremos todo tipo de cookies que consideremos adecuados a nuestra marca personal. 

3.- ¿Por cuánto tiempo conservaremos tus datos?

Los datos personales proporcionados en la web se conservarán durante un plazo de diez años a partir de la última confirmación de su interés. También se conservarán mientras se mantenga la relación mercantil. Se harán desaparecer cuando se solicite su supresión o portabilidad por el interesado. 

4.- Legitimación

El tratamiento de sus datos personales es necesario para el cumplimiento de las obligaciones legales derivadas de la normativa vigente, Ley Orgánica 3/2018 de 5 diciembre.

La base legal para el tratamiento de tus datos es la ejecución de la suscripción online al blog o al formulario de contacto de la web.

La oferta de productos y servicios está basada en el consentimiento que se le solicita, sin que en ningún caso la retirada de este consentimiento condicione la ejecución de servicios o la entrega de productos pendientes.

5.- Destinatarios a los que se comunicarán tus datos

Los datos recogidos a través de esta web se comunicaran a otras empresas del grupo empresarial para fines administrativos internos, incluido el tratamiento de datos personales de clientes o empleados.

A quien se comuniquen los datos dispondrán de normas corporativas vinculantes aprobadas por el Comité Europeo de protección de datos.

El titular de esta web contrata su infraestructura virtual según un modelo de “computación en la nube” al amparo del acuerdo EU-US PrivacyShield. 

6.- ¿Cuáles son tus derechos cuando nos facilitas tus datos?

Cualquier persona tiene derecho a obtener la confirmación sobre si el titular de esta web está tratando datos personales que les conciernan o no.

Las personas interesadas tienen derecho a acceder a sus datos personales, así como a solicitar la rectificación de los datos inexactos o, en su caso, solicitar su supresión cuando entre otros motivos, los datos ya no sean necesarios para los fines que fueron recogidos.

En determinadas circunstancias, los interesados podrán solicitar la limitación del tratamiento de sus datos, en cuyo caso únicamente los conservaremos para el ejercicio o la defensa de reclamaciones. 

En determinadas circunstancias y por motivos relacionados con su situación particular, los interesados podrán oponerse al tratamiento de sus datos. Entonces se dejará de tratar los datos, salvo por motivos legítimos imperiosos o el ejercicio o la defensa de posibles reclamaciones. 

7.- ¿Cómo hemos obtenido tus datos?

Los datos personales que tratamos en esta web proceden o bien de la propia web, correo electrónico, mensajería instantánea o correo postal de nuestra empresa o de empresas del grupo.

Las categorías de datos que tratamos son:

  • Datos de identificación
  • Códigos o claves de identificación
  • Direcciones postales o electrónicas
  • Información comercial
  • Datos económicos

También informamos que no obtenemos datos especialmente protegidos de forma habitual.

Si llegan a nuestra empresa datos especialmente protegidos los protegeremos de acuerdo con la normativa vigente.