Principiante en yoga
Todos hemos sido principiantes en algo alguna vez. Conocemos esas primeras sensaciones de cosquilleo en el estómago al empezar algo nuevo que crees que te puede gustar.
Esa inyección de motivación pero también las etapas siguientes de estancamiento y abatimiento al no cumplir con las expectativas que nosotros mismos nos imponemos.
El yoga, a pesar de su esencia puramente anticompetitiva, también nos hace pasar por cada una de estas etapas.
Cuando te hablan del yoga sin haberlo probado, despierta tu curiosidad, te preguntas si llegará a engancharte o será una de esas cosas que están de moda y que acabas dejando… Con entusiasmo e ilusión comienzas a practicar permitiéndote errores y meteduras de pata porque, al fin y al cabo, eres principiante.
Y esa seguridad al permitirnos hacer las cosas mal al principio son las que nos hacen brillar y sobrepasar nuestras expectativas, pero lo disfrazamos de “suerte del principiante”. Es entonces cuando empezamos a tomárnoslo en serio, porque ya nos hemos enganchado, ya nos hemos convencido de que podemos ser buenos en algo. Este es el momento en el que deja de ser divertido.
La autoexigencia sube y con ello las posibilidades de fracasar con nosotros mismos. Entonces oleadas de sentimientos negativos acuden a nuestra cabeza al mínimo tropiezo: inseguridad “no eres tan bueno como creías”, frustración “con lo bien que ibas…”, tristeza “esto no es lo tuyo”, miedo “nunca serás bueno en nada…”.
En el tiempo que llevo trabajando en el yoga, me he encontrado con todo tipo de principiantes. Aquellos que aceptan como verdadero cualquier palabra que diga el profesor, aquellos que dudan de todo, que no se enteran de nada y no vuelven nunca más.
De todos estos, los primeros llegan a la recepción casi disculpándose por venir, “perdona, nunca he probado yoga, ¿crees que puedo hacer esta clase o será muy difícil?” “habrá más hombres a parte de mí, ¿no?” “¿el resto de estudiantes son más jóvenes que yo?”. Los escépticos, por su parte, se aferran al mito de que el yoga es gimnasia para mayores y se meten directamente a una clase avanzada de yoga dinámico y salen escaldados diciendo “¿pero el yoga no era sólo meditación y relajación?”.
Si consigues superar esta etapa, encontrarás un momento de paz al descubrir que realmente has progresado, quizá no tanto como esperabas, pero te has dado cuenta de que estás aprendiendo. Entonces comienza el verdadero camino. Ese camino donde te estarás comparando constantemente con los demás. De esas comparaciones saldrás muchas veces mal parado y, otras recibirás una inyección de autoestima suficientemente grande como para darte un empujón.
Las tazas más molonas de Yoguineando
A veces no vamos a clase de yoga por no enfrentarnos a nosotros mismos y nuestras limitaciones. Sé valiente, déjate el ego fuera y entra a clase.
Pero ambas situaciones no son siempre justas, ya que somos nosotros los que juzgamos nuestra práctica y seguimos siendo principiantes. O peor aún, dejamos que los demás determinen si somos o no verdaderos yoguis.
No olvidemos que en yoga no tenemos que ser “buenos”, simplemente hay que practicar. Tú pones tus límites y tú decides cuándo llevar tu práctica al siguiente nivel.
El objetivo del yoga no es estirarse como un chicle o conseguir levantar a tu tío Antonio de 150 kg para demostrar a la familia lo fuerte que estás. La meta del yoga es ser mejor persona y tener una convivencia feliz contigo mismo y con el resto del mundo.
La mala noticia en yoga, es que serás eternamente estudiante y por mucho tiempo principiante. La buena noticia es que no estás solo.
En Yoguineando pretendemos acompañarte en tu camino de principiante con viñetas de humor. Nuestro objetivo no es sólo el de inspirar sino también el de apoyar al yogui relativizando, ironizando y parodiando el yoga con el fin de que el practicante se identifique con los sentimientos positivos y negativos que conlleva esta disciplina.
Artículo publicado en la revista Proyecto Khalo escrito por Julia Arteaga (Yoguineando).
Si eres principiante accede a esta guía
Cómo comenzar a practicar yoga: pasos a seguir para mejorar tu vida con el yoga
Iniciación al yoga ¿Estás decidido a llevar una vida sana y zambullirte en la aventura del yoga?, ¡genial! Me alegro muchísimo por ti, es una
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21 comentarios en “Yoguineando, aprendiendo a ser principiante en yoga”
Tus posts son geniales! Gracias
Gracias a ti, Patricia! Un abrazo grande
Me siento superidentificada con tus viñetas 😂😂
Jejeje muchas gracias, Esther!!
que risa y cuánta verdad, me siento tan indentificada. empecé sin expectativas, sólo quería tener controlado el dolor de espalda y ahora ya empiezo a querer ser como las demás y viendo claramente que no puedo, al menos aún. Hay que tratar de asumir que en ciertas cosas avanzaré y en otras no llegaré por más que me lo proponga. Sin más. Eso sí, el propósito inicial lo he conseguido, con el yoga mantengo a raya mi lesión en la espalda, un hurra por el yoga!
Vaya, Carmen, qué decisión tan inteligente. Gracias por compartir tu experiencia, me ha parecido super interesante y creo que a los demás también. Un beso enorme
Esas posturas me dan mucha risa, me recuerda una profesora que decía al estirar la pierna derecha dobla la pierna izquierda hacia delante y eres una linda paloma, yo no entendía y ni tenia idea de lo que estaba haciendo jajaja
Jajaja ay pobre Evelys, es muy típico ese sentimiento 😀 un besazo
Jajaja típico!! Un besazo Evelys
Raquel te estaré esperando con los brazos abiertos, sería un honor y un placer tenerte en mis clases y conocerte, de verdad. Mil gracias por tus bellísimas palabras, seguimos en contacto y nos conoceremos estoy segura. Muuaak
Hola
Me encantan tus viñetas ,explican muy bien las situaciones a las que nos enfrentamos los novatos en esto del yoga.
Hace cuatro meses que empecé y estoy muy contenta de haberlo hecho.
Ahora tengo que hacer un parón de dos meses por una operación que me han hecho y no veo el dia para volver a las clases.
En dos palabras, me encanta!!!.
Hola Lourdes, muchas gracias por tu comentario 🙂 Cuánto me alegra que te gusten mis post.
Espero que tu recuperación sea rápida y puedas volver al yoga lo antes posible.
Te mando un beso enorme !!
Buenas, hago yoga desde hace 6 años, tengo 27 y siempre soy la más joven en todas las clases a las que he ido. Incluso todavía muchos amigos me dicen que es un deporte de mantenimiento para «viejos» porque solo hay que hacer movimientos lentos y estirar. Cuando escucho esos comentarios siempre pienso que no entienden lo que es el yoga y les animo a venir conmigo a alguna clase de prueba, pero aún no lo he conseguido.
Animo a todos los que tengan dudas que se lancen a la piscina a intentarlo, no importa lo que os digan los demás, ¡solo escucha dentro de ti!
El yoga es un continuo aprendizaje físico, mental y emocional.
Un saludo a todos, namasté.
jejej ¡ay, María! Cómo me identifico con tus palabras… aún hoy sigue siendo así… Confío en que, ya que el yoga está de moda, poco a poco vayan probando y dándose cuenta de que no tiene nada que ver con lo que se imaginan.
Te mando un abrazo muy grande, gracias por tu comentario 😀
Una vez más has dado en el clavo con este post, y tus viñetas me chiflan. Llevo 10 años practicando yoga y sigo siendo tan principiante como el primer día pero un poquito más vieja y mucho más humilde. El yoga es como la vida, hay que conocer tus límites y el precio a pagar por forzarlos e ir un poco más allá. Yo siempre digo que consigo hacer algunas cosas porque ignoraba que «no podía» hacerlas, en yoga y en mi vida en general. Otras veces soy más conservadora y no tiento al destino en forma de lesión… Aprovecho para comentarte que me gustaría que tratarás en otro post sobre las torsiones. He descubierto que no solo me encanta hacerlas sino que se me queda el cuerpo «arreglado» para un tiempo muy largo. Últimamente es oír a mi profa decir «ahora torsiones» y se me alegra hasta el ombliguillo… Un abrazo y namasté
Jajaja ay Estrella, cómo me ha gustado leerte. Me identifico contigo en cada palabra, creo que eso realmente es el yoga!!
En cuanto a tu sugerencia, me lo apunto 😉 a mí también me gustan mucho las torsiones 😀 Un besazo enorme, gracias por tu comentario y por tu tiempo.
veo que re-comento el mismo post… pero es que este párrafo tuyo, Julia, me indentifica completamente…
Ahora, cuando recibo un alumno nuevo en mis clases, les veo esa carita de «¿Esto es una broma?» que luego se transforma en un «Te odio y no pienso volver» y que tras savasana se ve más como un «bueno, no ha sido tan malo».
En muchas asanas, no sólo las planchas, me planteo donde se respira y se medita cuando con dificultad me está costando simplemente mantenerme y que medianamente parecza que imito la asana que los demás hacen… De verdad alguien recibe paz en esas posturas?
Julia, raro es el día que no me veo identificada en tus viñetas, como si me estuvieras viendo… jajajaja
ayudas a sentirnos menos solas en la dificultad 😉
Carmen
Jajaja me parto contigo Carmen
Cuando no puedes respirar en una asana es porque todavía no estás preparado para hacerla, has de hacer la versión anterior y si tampoco puedes, la anterior y si tampoco, asanas preparatorias, ¿tampoco? Pues la preparación de la preparación.. y así hasta que tu respiración sea decentemente estable, constante y consciente y puedas recibir paz en la postura. Cuando esa la tienes dominada entonces vas a la siguiente, que puede constar un poco, vas a tu respiración, la controlas. Si no eres capaz vuelves a la anterior y si eres capaz ahí te quedas. Así funciona el yoga 🙂
Espero haberme explicado, Carmen, besitossss gracias por tus comentarios como siempre me hacen sonreir
Mi recuerdo de mi primera clase, es incertidumbre y curiosidad. La primera exploración fue en el año 2013 y fui a un centro hare krishna cerca de mi casa. Una amiga que practicaba y realizó un curso de comida vegana, dijo varias veces ¿Sole está muy cerca de tu casa y trata de ir?. La verdad la escuchaba, pero nunca hice mucho caso, siempre tenía mucho que hacer, la vida muy ocupada o no sé, siempre había algo.
Ese año tuve varios episodios en mi vida, primero un tema amoroso, luego fractura en la tibia izquierda que me tuvo encerrada en casa por un mes, luego falleció mi mejor amigo y en eso me sumí en una pena grande.
Uno de esos días que sentía que nada era muy importante y sentí que de verdad me sentía mal, acudí a preguntar por las clases al centro de hare krishna, algo tenía que hacer y ya que no podía hacer deporte de impacto, dije ahora es el momento. La práctica de yoga la tomé como una herramienta terapéutica, poco a poco fue modificando mi cuerpo y mejoró mucho mi estado anímico.
Mi profe era muy amorosa, sabía mucho y tremendamente dedicada, comencé dos veces a la semana, luego tres y al final creo que terminé practicando toda la semana. Si bien, me costó un poco, jamás me sentí mal, porque mi guía siempre se centro en ayudarme y calmar mis frustraciones, me ayudo a ir paso a paso y me introduje en querer cuidar mi cuerpo.
Desde mi primera clase hasta hoy, he aprendido mucho y nada a la vez, doy clases para niños, he realizados varios cursos, aprendo de muchos como tú, veo videos, viaje a la india, me formé como profe y cada día voy explorando y aprendiendo.
Mil gracias por compartir tus experiencias, si algún día viajo te iré a ver je je je je abrazos y gracias nuevamente.
Muchísimas gracias a ti, Sole, por compartir tu experiencia. Tu aportación es sumamente enriquecedora para todos. Un abrazo enorme 🙂