Comúnmente se piensa que aquellos que practican yoga desempeñan trabajos que ocupan pocas horas. Quizá son personas que no tienen otra cosa mejor que hacer y disponen de un montón de tiempo que perder que ocupan en actividades de moda como el yoga. Entonces, ¿para qué vas tú, que trabajas de sol a sol, a meterte después de tu jornada en una sala de yoga con olor a duda existencial con un montón de gente con los chakras torcíos a ponernos a enredar y desenredar miembros del cuerpo durante una hora?
Los que ponen de excusa el trabajo para huir de su práctica de yoga
Esta es la forma de pensar de aquellos que se ponen la chaqueta y la corbata como excusa para no practicar yoga. Su trabajo es lo primero y no les deja tiempo para nada. Suelen esconderse tras los siguientes disfraces:
1. Trabajan en el Club de las 8, es decir, de 8 a 20 horas.
Cambian su tiempo por dinero. Horas rígidas, inflexibles, como su mentalidad. Así que una clase de yoga no tiene cabida en su estrecho horario. Aunque insistas y les sugieras un par de estiramientos en el baño de la oficina, no lo ven.
2. Luego están los que trabajan un número decente de horas pero van por turnos.
Cada semana o cada día pueden estar de mañanas, tardes o noches. Se escudan en que no les sale rentable apuntarse a yoga porque todos los centros venden mensualidades y perderían clases por tener que trabajar.
3. Y por último están los escombros crónicos.
Son los que, no importa que libren cuatro días por cada cuarto de hora trabajado, ellos siempre están cansados. El trabajo les roba toda su energía vital y después de su jornada laboral la vida es un despropósito que solo merece la pena ser vivido si estás tumbado en el sofá. Con estos no merece la pena insistir.
Una persona que utiliza su trabajo como excusa para descartar cualquier forma de crecimiento personal es alguien que no valora su propia vida. Esta persona representa un mero mediador para que su jefe consiga sus objetivos económicos y personales. ¿Y qué sucede con sus propias aspiraciones? Un workaholic que solo piensa en trabajar y, como mucho, tomarse unas cervezas después sin pararse a pensar en cómo puede crecer como persona y mejorar su bienestar y sus relaciones personales, es una persona que acepta la vida tal cual le ha venido.
No me malinterpretes, no todo el mundo necesita yoga. Quien siente que tiene una vida plena, ¿para qué quiere el yoga? Pero si realmente eres una persona que aspira a una vida mejor, pero utilizas tu trabajo para posponer ese cambio, ¿no crees estar tirando piedras contra tu propio tejado?
Tu taza yogui para el trabajo
Ideas para practicar yoga en el trabajo
En mi nuevo libro, El hábito hace al yogui, dedico varios capítulos al yoga en para trabajadores. Te hablo de como hacer posible que cada día practiques yoga sin que te cueste encontrar el hueco, independientemente de tu horario de trabajo, intensidad de carga y estrés y otras salvedades. Podrás ponerte sin esfuerzo y además mejorará tu productividad. Te propongo diferentes opciones fuera de la oficina pero es que también te doy ideas para practicar en tu centro de trabajo.
¿Te gustaría que te adelante alguna idea más para practicar yoga en el trabajo? En este vídeo de apenas 2 minutos te doy alguna.
Puedes adquirir el pack de clases “Yoga después de trabajar”.
Está claro que lo que necesitas es una clase cortita que te descontracture, que te estire, que nutra tu cuerpo y calme tu mente para resetear tus músculos y te llene de energía de forma que te mantenga motivado e ilusionado en tu día a día.
Y si necesitas aprender a ser constante en yoga, ¡puedes hacerlo con este taller online!
Lugares y formas para hacer yoga en el trabajo
Pasamos demasiadas horas en el trabajo, por lo que es donde más sentido tiene parar para estirar el cuerpo y resetear la mente. Sin embargo, es donde más apuro nos da ponernos a hacernos nudos con nuestros miembros y a respirar profundamente. ¿Qué iban a pensar los demás?
Yo, sin embargo, te propongo hacer parones reparadores y aprovechar tu mesa de trabajo como esterilla para descongestionar el cuerpo de tantas horas inmóvil. Posturas como el corredor, el lagarto o la paloma son accesibles en tu escritorio y abrirán tus caderas, estirarán tus piernas y centrarán tu mente para después seguir trabajando con las pilas cargadas.
Eso sí, asegúrate de dos cosas:
- Que tus jefes estén de acuerdo con subirte encima de la mesa a retorcerte sobre ti misma (si quieren trabajadores productivos deberían estarlo, desde luego). Puedes compartir con tu jefe o compañeros este post…
- 2. Que no te has traído esos zapatos que huelen mal (la culpa siempre la tienen ellos y no tus pies), no vayas a apestar a todo el personal…
También puedes hacer yoga en tu silla de trabajo, como te propongo y explico en este post.
Este post pertenece a mi nuevo libro El hábito hace al yogui, donde tienes una parte bastante extensa con ideas para practicar yoga no solo en el trabajo, también en la playa, en la montaña, en el parque, con tus hijos…
Estoy empecinada en conseguir que practiques yoga hasta en el baño. Porque el yoga, cuando se convierte en un hábito, transforma tu vida y todo cambia.
¿Te apetece? Tienes todos los secretos en El hábito hace al yogui. Puedes descargarte gratis las primeras páginas o mirar aquí dónde comprarlo según el país donde vivas.
Om shanti shanti requeteshanti
Julia
2 comentarios en ““Trabajo mucho, no puedo hacer yoga” Ideas para practicar yoga en el trabajo”
Felicidades por el blog, me encanta.
El tema del yoga interesa mucho a los usuarios de mi blog (trata del tema de libertad financiera) y estoy haciendo una revisión de los distintos blogs que hay sobre el yoga para recomendarlos.
Bravo por el buen trabajo!!!
Luis
¡Gracias, Luis!