Hace 6 años, poco antes de descubrir el yoga, me lesioné los tendones de Aquiles por pegarme largas caminatas con calzado de dudosa calidad y poco apto para esa actividad. Ignoré durante semanas el dolor hasta que casi me los cargué y tuve que ir al fisio a que me pegara palizas de esas que solo los fisios saben dar, de las que sales llorando y con los gemelos temblando.
Pronto me recuperé y sobre todo salí de aquella lesión con la lección aprendida: siempre tacón de entre 2-4 cm, usar el zapato adecuado para andar y estirar después sin falta.
Años más tarde descubrí el yoga y sus enormes beneficios. Mi cuerpo respondió genial a tanto cuidado. Pero con el tiempo me fui descuidando mis viejas lesiones. Hace un mes me di cuenta de que estuve en Londres durante julio y agosto del año pasado así que, literalmente, me falta un verano y me sobra un otoño.
No me puse sandalias en un año y medio. Así que cuando llegó aquí el calor este año en seguida me plantifiqué las chanclas y continué andando las distancias rutinarias.
Pronto noté molestias en el talón pero las ignoré (me encanta ignorar lo que mi cuerpo me dice) y un día, durante mi práctica me dio un pinchazo que me preocupó durante 2 segundos aproximadamente. Al día siguiente durante mi clase, estaba haciendo con mis alumnos en el primer adho mukha o perro abajo de la sesión cuando de repente, al estirar las piernas, me dio un latigazo en el talón que me dejó helada por un momento.
No pude seguir haciendo la clase con ellos así que la guíe con la voz. Me quedé preocupada: “¿me he lesionado el talón? ¿ya no podré hacer adho mukha nunca más? ¿podré volver a practicar yoga alguna vez?” y todos esos pensamientos catastróficos de cuando te haces una lesión por mínima que sea.
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Ser constante es imprescindible para recibir los beneficios de la práctica del yoga. Sin embargo, las lesiones son un alto en el camino que interrumpen nuestro progreso e, incluso, nos hacen retroceder.
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No sólo estiro durante y después de la caminata sino que mi práctica de yoga se ha reducido en adho mukhas con las rodillas muy flexionadas y centrarme en estirar todo el tren inferior y posterior con conciencia para compensar la tensión que creé caminando con chanclas.
Resulta que cuando caminas con un tacón demasiado bajo el peso del cuerpo recae sobre el talón y lo suyo es que se distribuya fifty-fifty. Como el cuerpo está conectadísimo entre sí, al sobrecargar el talón lo que en realidad estás haciendo es hacer que toda la pierna, especialmente los gemelos, estén trabajando de más, con lo cual se contracturan y además tiran de los isquiotibiales (músculos de la cara posterior del muslo).
De hecho, durante el tiempo que anduve con chanclas me di cuenta que la flexibilidad de mis isquiotibiales en las flexiones hacia delante se había reducido muchísimo y no entendía por qué. Para evitar esto, lo suyo es calzar siempre un tacón de entre 2 y 4 cm, y así distribuir el peso correctamente de forma que los músculos de las piernas se reparten el trabajo equitativamente, sin sobrecargar uno sobre otro.
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De hecho, durante el tiempo que anduve con chanclas me di cuenta que la flexibilidad de mis isquiotibiales en las flexiones hacia delante se había reducido muchísimo y no entendía por qué. Para evitar esto, lo suyo es calzar siempre un tacón de entre 2 y 4 cm, y así distribuir el peso correctamente de forma que los músculos de las piernas se reparten el trabajo equitativamente, sin sobrecargar uno sobre otro.
Es cierto que esta lesión se produjo mientras practicaba yoga, pero claramente mi práctica lo que hizo fue encararme con el problema. Un problema que me había preocupado yo de producirme inconscientemente durante días caminando con chanclas. Tengo muy claro que si no hubiera practicando yoga, la lesión se hubiera producido de todas formas, igual que se produjo la primera vez hace 6 años antes de que descubriera esta maravillosa disciplina milenaria.
El yoga es una práctica muy terapéutica y con gran capacidad curativa pero, si no se practica bien, también puede desencadenar en lesiones. Incluso, aunque se practique correctamente, si en tu vida diaria no tienes buenos hábitos e higiene postural o, yendo más allá, los tienes pero un día los ignoras o tomas una mala decisión (como yo con las chanclas) puedes lesionarte. Y esa lesión puede dar la cara cuando estés practicando. Si así fuera, no le eches la culpa al yoga. Investiga las causas y asume cualquier responsabilidad.
Como dice un amigo “las sandalias las carga el diablo” y, como digo yo: practicar yoga no te hace inmediatamente sabio ni te exime de cometer errores. Igualmente debemos poner atención y conciencia a todo lo que hacemos y a todas las decisiones que tomamos. En mi caso, es ya la segunda vez que me pasa esto y tengo claro que mi tendón de Aquiles es precisamente mi talón de Aquiles así que más me vale cuidarlo mucho o limitará mi práctica. En cualquier caso, el yoga nunca tendrá la culpa de lo que me pase, sino mi ego, mi conciencia y yo.
¿Temes las lesiones? En el Libro Cómo Evitar Lesiones en Yoga no sólo te hablo de cómo prevenir sino qué hacer cuando ya las tienes. Toda una joya para progresar en tu práctica sin que jamás se vea interrumpida por el dolor. ¿Todavía no te has hecho con él?
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10 comentarios en “No culpes al yoga de que lo que te pasa por imbécil”
Me encanta tu post, es muy instructivo y digno de tener siempre presente.
Digo “siempre “, por lo de que no hay dos sin tres. Anotatelo, práctica con atención y a la vez que escuchas a tu cuerpo, hazle caso. Un abrazo. Hari Om Tat Sat
Gracias José. Tienes toda la razón. Además yo soy de tropezar varias veces en la misma piedra 😆 om shanti shanti requeteshanti 💜
Pues mira… estaba esperando como agua de mayo tu post para saber si yo me habia lesionado tambe el talòn… JODIDAS SANDALIAS!!! Ahora a ver como hago yo para que no se rían de mi andando con tacones… Gracias yoguicher!
Jajajaja eres un crack Fidel. Me parto contigo. Haberme preguntado antes y te hubiera contado. De todas formas no te preocupes, no tienes que ponerte tacón de aguja para compensar🤣😂 con deportivas sobra! Eso sí, se te va a cocer bien el pie…
M ha encantado !!! Y si .. m paso la vida en chanclas y empiezo a pensar q cierto dolor en el isquio al ir en flexión hacia adelante, tiene pinta d ser el resultado d pasarme el día descalza o cn hawaianas 🌺!
Hola Leyla! Gracias por tu mensaje. Puede ser, pregúntale a tu fisio que él sabrá decírtelo con seguridad. Lo que es seguro es que las chanclas las carga el diablo jeje un abrazo y cuídate
Hola guapa! Me encantan tus posts.
Te recomiendo que si sigues teniendo problemas en el Aquiles (esperemos que no) pruebes con la fisioterapia invasiva ecoguiada, por ejemplo con EPI. Seguro que se te soluciona definitivamente. Saludos de una fisio de las que no dan palizas manuales si no con agujitas.
Hola Alicia.
Mil gracias por tu mensaje. Gran recomendación, mi fisio además de darme palizas también me clava agujitas (no sé qué es peor jajaja). No te sé decir si es EPI pero me clava agujas que relajan el músculo 😉 Ya estoy mucho mejor del Aquiles (ni me acuerdo de él, de hecho!) Pero te agradezco un montón tu comentario, lo tendré en cuenta para futuras lesiones, estoy segura de que lo necesitaré. GRACIAS
Hola, yo hace meses tengo desgarrado el isquiotibial izquierdo prácticamente donde comienza y me ha limitado en mi práctica, hay días que molesta más otros días menos pero trato de llevarlo con tranquilidad, a veces siento que me estoy mejorando pero ¿Que podrías recomendarme para este tipo de lesión?
Hola Mónica, siento muchísimo tu lesión. Desgraciadamente los desgarros tardan bastante en curar y si no los tratamos con cuidado tardan aún más y es posible que hasta los notemos ahí siempre. Yo hace un año me desgarré el romboides y ahí sigue… Hay que tener paciencia y cuidarnos mucho. Lo mejor que puedes hacer es consultar a tu fisio/médico y durante tu práctica de yoga ser todo lo suave que puedas en ese área. Te deseo lo mejor. Un abrazo