¿Sesión de yoga presencial u online?
Cuando pensamos en hacer una clase de yoga todos nos imaginamos asistiendo a una sala con luz tenue y olor a incienso. Un señor raquítico con el pelo largo y coronilla incipiente saludándonos con las manos en forma de oración y una reverencia a la vez que nos ofrece una infusión.
Pues bien, existe esa opción, pero también hay más.
Clases presenciales
La presencialidad siempre es un plus, ya que conocer en persona al profesor o profesora nos permite charlar con esa persona, contarle nuestras inquietudes, lesiones y recibir sus consejos.
También podemos ser corregidos más fácilmente, aunque déjame decir que antes de la pandemia del COVID-19 había muy pocos profesores que se atrevieran a tocar a sus alumnos para corregir desalineaciones, ¡imagínate ahora!
Somos pocos los que nos acercamos a nuestros alumnos y ajustamos manualmente (previo consentimiento siempre, claro está).
Otra ventaja de la clase presencial es la energía del grupo.
Practicar todos juntos, oyéndonos respirar y moviéndonos a la vez te hace sentir que no estás solo y que perteneces a un grupo de personas con las mismas inquietudes que tú. Es reconfortante.
Sin embargo, fomenta también la comparación con el compañero de esterilla, que fíjate tú por dónde tiene mucho más aguante que tú en la plancha, hace las variantes más avanzadas y no se despeina con el vinyasa. Y aquella de la primera fila tiene una flexibilidad envidiable mientras que tú, pobre cuerpoescombro no das pie con bola…
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Clases online
Es verdad que en las clases online te pierdes esa energía grupal. Que no es lo mismo practicar en un ambiente yóguico con olor a incienso, luz tenue y decoración austera que hacerlo en el salón de tu casa, con las fotos de tu boda, las de la comunión de tu hija, el pico de la mesa amenazando con acercarse más a tu cabeza y los juguetes de tu hijo por el suelo. No, no es lo mismo.
Pero una sesión de yoga online te permite practicar cuando tú quieras (a horas intempestivas si quieres, aprovechando que los niños duermen), puedes elegir el estilo, la intensidad y duración de la sesión (más o menos fuerte, larga o trabajando algo en concreto) mientras que cuando vas a clase, tienes que aceptar lo que a tu profesor se le ha antojado ese día.
No tienes a nadie que te corrija, a menos que hagas yoga en directo, que también es posible y se hace a menudo. Yo, de hecho, he trabajado con absolutos principiantes haciéndolo 100% online en directo. ¡Y ha sido muy gratificante!
La enorme ventaja del yoga online es que puedes mantener tu agenda personal intacta y practicar yoga en los huecos libres, ya que puedes hacer yoga a cualquier hora y de la duración que necesites.
Mientras que las clases presenciales te obligan a organizar tu vida en torno a los horarios del centro. Es por eso que soy tan fan de practicar yoga online y, también, de crear mi propia escuela online.
Cuándo NO es recomendable hacer yoga online
Damos por hecho que todo el mundo tiene el mismo acceso al yoga en su lugar de residencia. Sin embargo, hay lugares recónditos en la geografía en la que no hay un profesor o una sala de yoga cerca. O quizá no tenemos los medios para acceder o, por otro lado, los horarios no encajan con nuestra ajetreada vida familiar. Esto es más habitual de lo que pensamos.
Por eso el yoga online ha venido para quedarse, porque satisface a muchos cuerpos y mentes hambrientos de yoga y salud mental.
Sin embargo, existe la creencia de que no es recomendable comenzar a practicar yoga sin un profesor presente. ¡Para nada!
Yo comencé mis primeras clases en una asociación de vecinos, pero, como quería posturas más acrobáticas y las veía todo el tiempo en Instagram, me puse a practicarlas sola en casa. ¡No me quedaba otra! No había lugares en Albacete donde las practicaran. Así que me tocaba hacerlo por mi cuenta.
Por supuesto, corrí más riesgos de los necesarios, mi integridad física se vio amenazada en más de una ocasión y los muebles del salón sufrieron algún que otro daño, pero no hubo que lamentar heridos. ¡Aunque podría haber sido así! Pero yo acepté mi parte de responsabilidad. En realidad, es muy fácil hacer yoga online sin hacerse daño. Todo depende de tu sentido común.
Es cierto que hay que tener mucho cuidado. Pero también cuando estás presencialmente con un profesor delante. Dicho de otra forma, ni es peligroso hacer yoga en casa ni es totalmente seguro hacerlo con un profesor presente. Nunca hay que bajar la guardia, estés con quien estés y hagas el yoga como lo hagas.
Afortunadamente ahora no tienes por qué inventarte las instrucciones para llegar a ciertas posturas (como hacía yo en aquella época) sino que puedes disfrutar de la presencia virtual de un profesor que te vaya guiando. Incluso aunque nunca antes hayas practicado. Así que, ¿por qué no intentarlo?
Si te animas, aquí tienes toda la información de mi escuela online. ¡También puedes empezar practicando desde mi canal de Youtube! Echa un vistazo a las listas de reproducción donde encontrarás de varios estilos de yoga y niveles. Así podrás elegir la mejor clase según tu experiencia de práctica.
Para cualquier duda, escríbeme a info@yoguineando.com
Om shanti shanti requeteshanti
Julia