¿Cómo aprender a meditar?
En diciembre de 2020 abrí una cajita de preguntas y respuestas en Instagram sobre meditación y estas son las preguntas que me hicieron con mis respuestas.
Espero que te ayuden a entender un poquito mejor de qué trata la meditación, para qué sirve y cómo aprender a meditar.
Tus preguntas sobre meditación respondidas con Yoguineando
¿Cómo empiezo a meditar?
Yo comencé comprometiéndome a sentarme cada mañana 5 minutos nada más. Independientemente de que ese día mi mente no me diera tregua ni un segundo o alcanzara samadhi 20 veces, yo me siento cada día.
Lo primero es comprometerse con uno mismo, a pesar de que los resultados sean desastrosos al principio. Mientras tú no faltes a tu cita, aunque tu mente te dé plantón, estará bien.
¿En qué me ayudará en mi día a día?
Al principio, no te ayudará en nada. De hecho, te cabreará y te frustrará muy probablemente. Con el tiempo, te ayudará a crear un hábito saludable y eso siempre es un subidón. Simplemente consiguiendo ser constante en algo (aunque se te dé fatal) ya te sube la autoestima y te sientes mejor. Con el tiempo conseguirás entrenar la mente, te dará mayor control sobre tus emociones, tu respiración y te volverás menos reactivo, menos impulsivo, más calmado y ecuánime. Eso sí, los resultados no son inmediatos. Igualmente lo importante es disfrutar de la meditación, no de perseguir resultados.
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¿Cuál es la que mejor te funciona a ti? ¿Guiada o con tu respiración y en silencio?
Al principio me resultaba más sencilla la meditación guiada pero pronto me resultó molesto. Y es que a veces cuando yo ya estaba metida a tope y súper concentrada, el/la profesor/a se ponía a hablar de nuevo y me sacaba de ese estado. También, con las meditaciones guiadas te tienes que ajustar al tiempo estipulado y yo nunca sé si voy a querer estar más o menos tiempo.
Pero es cuestión de gustos y ya te digo, al principio me vino genial. Ahora aunque prefiero hacerlo sola también me dejo guiar de vez en cuando. Una app muy recomendable es Headspace y especialmente su serie para aprender a meditar en Netflix.
¿Cómo empiezo a meditar? ¿Controlando la respiración?
Yo lo que hice al principio fue enfocarme en crear el hábito de sentarme cada mañana a escuchar lo que tenía que decirme. Usaba la técnica de “El observador observado” que consiste en escuchar tus pensamientos “desde fuera”, como testigo. Esto te hace ser consciente de las burrerías que pasan por tu cabeza, a ver el ruido que hay dentro de ti y a ser compasivo contigo mismo. Después de un tiempo y con el hábito ya en marcha, entonces traté de usar mi respiración para evitar dejarme llevar por los pensamientos y dejar más espacio entre cada uno de ellos.
¿Cuándo es mejor hacerlo? ¿A qué hora del día?
Realmente puedes meditar cuando quieras. Lo importante es que sea más o menos a la misma hora siempre, para que la mente ya vaya preparada y además así evitamos olvidos.
Yo prefiero meditar nada más levantarme porque mi mente está más despejada y abierta para la meditación. Otros prefieren hacerlo por la noche que, con la ganeta de irse a la cama, en teoría, están más relajados. Pero depende mucho de cada uno. Te invito a que pruebes diferentes momentos para saber cuál es el tuyo.
¡No sé cómo empezar!
– Reserva 5 min de tu día (misma hora siempre, findes si quieres algo más tarde).
– Reserva un lugar donde estés sola y te sientas a gusto
– Solo escucha tus pensamientos (técnica que he explicado antes del observador observado)
– Más adelante, trata de vaciar la mente enfocándote en tu respiración
– Puedes usar meditaciones guiadas o también malas
Me cuesta mucho no divagar en los pensamientos. ¿Algún truco?
Muchas veces utilizo la meditación para desarrollar mi creatividad. Las mejores viñetas e ideas se me ocurren meditando así que en vez de evitar pensar, muchas veces observo a dónde me llevan esos pensamientos. A menudo serán idioteces, otras genialidades. Cuando ya me canso de oírme (que sucede mucho), entonces hago un esfuerzo por “meditar de verdad” y tratar de dejar la mente en blanco. Lo consigo llevando mi mirada interior hacia el tercer ojo (ajna chakra, no el otro 😛 ) y me dejo llevar por las formas que se dibujan en mi mente con la luz del exterior (ahora es cuando piensas que me he vuelto loca). Cada yogui tiene sus trucos…
Me duele mucho la espalda cuando medito y eso me saca rápido de mi práctica.
Es normal. Y si no es eso, se te duerme una pierna o te quedas rígido, como de una pieza. En muchas clases de yoga se medita al final de la práctica porque nuestro cuerpo ya está abierto por todos lados y puede permanecer más tiempo sentado sin que le moleste nada.
Si es tu caso, prueba a meditar al final de cada sesión de yoga en casa. Verás que te resulta más cómodo que ponerse a meditar de buenas a primeras.
Si solo tienes tiempo para un quickie (una meditación rápida) haz unos estiramientos o alguna rutina corta de tu elección antes de sentarte a meditar.
En mi escuela online tengo subida una sesión de 20min llamada Desanquilosamiento general (15min de yoga +5min de meditación) que te puede servir.
Relajaciones guiadas
¿Cómo evitar dormirse?
Es un riesgo que tienes que correr, como en savasana. Lo mejor es encontrar una posición en la que estés cómodo pero no demasiado cómodo. Para ello prueba a sentarte sin apoyar la espalda en ningún sitio. Y, sobre todo, no medites tumbado o te quedarás sopa al instante.
¿Ayuda meditar con una japa mala?
En mi formación nos enseñaron a hacerlo con malas. Y la verdad, ayudó muchísimo, sin embargo ahora mismo no los uso. Quizá dentro de un tiempo me anime y pruebe de nuevo. Pero de momento me gusta cómo medito ahora así que seguiré con ello. Pero meditar con malas es una técnica que ayuda mucho al principio, te da concentración y presencia.
¿Por qué siempre lo dejamos para lo último? Tendría que ser una prioridad, ¿cómo lo hacemos?
Creo que, a ojos de los demás, es más cool practicar posturas que meditar. De hecho cuando nunca lo has hecho y alguien te confiesa que medita a diario en la mayoría de los casos la reacción es pensar “eso es porque está loco o le pasa algo “. Y es que normalmente esperamos a que suceda un acontecimiento malo en nuestra vida que nos obligue a autogestionar nuestras emociones para comenzar a meditar, en vez de iniciarnos cuando nuestra mente y emociones aún no están “tracamundeadas”. Sería más fácil entrenar la mente cuando estamos sosegados que cuando nuestro mundo está patas arriba.
Por otro lado, creo que también lo dejamos para lo último porque al principio nos resulta aburrido y difícil y preferimos engañar a la mente con distracciones y falsos compromisos para escaquearnos de la práctica y luego decir “me encantaría meditar, si tuviera tiempo”.
¿5 minutitos cada día mejor que 30 minutos una vez a la semana?
Efectivamente. Hace más una práctica más corta cada día que una más larga una vez cada mil. Tanto en la meditación como en la práctica de asanas. Ten en cuenta que lo primero que debes hacer es establecer la rutina, coger el hábito. Sin hábito da igual que tengas una menta predispuesta a la meditación. Sin hábito no hay acción y sin acción no hay resultados.
¿Te gustaría aprender a ser constante no solo en tu práctica de meditación también en las posturas de yoga? Aquí puedes conseguirlo.
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Om shanti shanti requeteshanti
Julia
8 comentarios en “Cómo aprender a meditar: comienzos, técnicas y para qué”
Intentaré hacerte caso, pero si pienso en el tercer ojo ya sabes cuál es 😆.. te quiero, eres increíble con todo lo que creas continuamente, vaya cabecica más bien amueblada.
jajaja ¡qué bolaya! Oye, si pensar en ese otro “tercer ojo” te da más concentración, ¡mejor!
Yo también te quiero, C. 😀
Muchas gracias por tu feedback, yo esté año voy por mi tercera cuarentena ( práctico hatha y kundalini), te diría q casi he creado hábito, pero me sigue siendo difícil la meditación me distraigo con facilidad, hago una media d 9 min diarios y quizá tiro por lo alto. SAT Jan Julia. Un placer, y algún día conseguiré asistir alguna clase tuya, y me gustaría devolverte toda tu ayuda… Pero eso va a ser mucho más complicado :). Buenas noches from near Móstoles ( Fuenla)
¡Gracias Jesús por tu comentario!
Mucho ánimo con la práctica de meditación. Para mí es de los hábitos que más se tarda en adquirir y perfeccionar. Yo, como tú, la rutina la tengo, pero también me distraigo con facilidad, pero sé que forma parte del proceso… así que, ¡ánimo y a seguir por el buen camino!
Me alegra mucho serte de ayuda.
Te mando un abrazo
Hola Julia, que tal??
Muchas gracias por los consejos.
Los escuché cuando los diste por instagram pero me ha venido muy bien recordarlo, ya que es cierto que yo hago mi autopráctica de Ashthanga al mismo despertar, ya que por la noche me dejo la esterilla preparada, pero apuro tanto con las posturas que solo me quedo en las respiraciones finales en la serie van incluidas y el savasana donde relajo mi mente y mi cuerpo a tope, pero es cierto que estaría genial guardar 5min justo después de savasana para realizar una pequeña meditación. A ver si logro conseguirlo o retomar mi práctica de pranayama que hacía justo antes de dormir que me sentaba genial y luego hacía una pequeña meditación ya guiada de mi profe.
Muchísimas gracias por todo el maravilloso contenido que compartes.
Un abrazo
Marian
Gracias Marian por tu reflexión y tus amables palabras. Me alegra mucho servir de ayuda. Ya me contarás qué tal esos 5 min de meditación después de savasana. Un abrazo grande 🙂
Interesante post Julia con buenos y prácticos consejos. Yo medito por la mañana después de desayunar antes de iniciar el ajetreo diario. Para mi es el mejor momento del día. 15-20 minutos. Me ayuda a centrar más mi mente. A atar esos caballos que llevan nuestro carro durante el día. A intentar estar con ese yo que está detrás de nuestros agitados pensamientos. Esa brújula interior que nos ayuda a tomar las decisiones adecuadas, nos muestra el camino y ayuda a centrarnos cuando las dificultades surgen. Recomiendo un ratito diario de meditación, con paciencia, sin expectativas, con amor por nosotros y por los demás.
¡Muchas gracias, Jose Felix! Estoy segura que tu aportación, tan bellamente descrita, ayudará a mucha gente.
Un abrazo grande 🙂