Pratyahara, control de los sentidos
Hoy te propongo una práctica de yoga especial. No te preocupes, porque no tienes que calentar isquiotibiales, caderas o muñecas. No te voy a proponer ninguna postura extravagante ni arriesgada. Hoy te sugiero algo mucho más difícil.
Pratyahara.
«¿Lo quéééé?»
Pratyahara o el yoga del aislamiento. Es una de las 8 ramas del yoga (yamas, niyamas, pranayama, asana… ¿recuerdas?). Pues este es un yoga que también puedes practicar en casa pero es un tanto peliagudo.
Pratyahara significa aislarse de los sentidos a través de una concentración tan profunda que no te enteres de la misa la mitad de lo que pasa ahí fuera. O sea estás tan metido «pa’ dentro» que ya se puede estar hundiendo el mundo que tú no sales de tu cueva meditativa. Para que esto suceda, has de cerrar la entrada de estímulos a través de tus sentidos (tacto, oído, gusto, olfato y vista).
Esto, obviamente, se consigue con la práctica.
Pensarás que aislar la vista es fácil (cierras los ojos) también el tacto (no dejas que nada ni nadie te toque y obvias el contacto con la ropa total, de normal ya lo ignoras), el gusto ni qué decir tiene (no comes ni bebes nada mientras meditas, simple)… pero el olfato y el oído ya son sentidos más complicados de aislar durante la meditación. Sin embargo, incluso el más avispado puede ventilar bien la habitación para asegurarse de meditar en un entorno neutro en olores y colocarse tapones para los oídos. Sencillo, ¿verdad?
¡Depende! Si ya tienes una práctica consolidada con la meditación puede que no te sea tan difícil… Pero, ¿qué me dices cuando te vienen olores, imágenes, ruidos o sensaciones desagradables en tu vida cotidiana? ¿eres capaz de aislar tu mente de tus sentidos?
Te pongo ejemplos de estímulos cotidianos que no nos agradan mucho y que nos encantaría fulminar:
- Pasas a un baño donde alguien ya ha estado ahí (un rato, haciendo sus cosas, código marrón).
- Tu vecino pone música fuerte, el estilo de música que más detestas
- Tus vecinos tienen un encuentro sexual inolvidable (para todos, incluso para ti).
- Oyes a tus hijos discutir en la habitación de al lado por lo mismo de siempre.
- Se te ha vuelto a quemar un poco el café.
- Los amigos o familia están cantando el cumpleaños feliz desafiando como mulas.
- En la mesa de al lado tu jefe le está metiendo la misma chapa a tu compañero de cómo montó su empresa.
- La comida de tu suegro sabe a rayos.
- El contacto con la lycra fría te da tiricia.
- Tienes un «pa’luego» pero nada con qué sacarlo de momento y sientes que es tan grande que te está moviendo los dientes hasta un punto tal que haría llorar a tu ortodoncista si se enterase.
- La mascarilla la tienes demasiado tiempo y los peletes que se crean en la cara interna te están haciendo cosquillas en la nariz.
- Se ha metido la goma de la ropa interior en todo el muladhara chakra y no es un momento socialmente adecuado para restituir el orden en tus bajos.
Pues bien, te propongo que durante una semana, cada estímulo molesto que entre por alguno de tus sentidos te haga pararte y reflexionar sobre pratyahara y trates de aislarlo. No te digo cómo, solo juega y explora con tu mente para atajarlo. La única condición es llevar la atención hacia dentro y aislarte lo que puedas de todos tus sentidos (no solo el que te está molestando).
¡Eso es pratyahara, my friend! ¡Adelante!
Al principio es difícil, muchas veces es casi imposible, pero créeme que alguna que otra vez es divertido y hasta impresionante lo que la mente puede llegar a hacer. ¡Si yo puedo hacerlo, tú puedes! Y eso que yo soy extremadamente sensible con los ruidos… ¡vamos!
Cuéntame cómo te ha ido 🙂
¿Qué otras situaciones se te ocurren con las que practicar diariamente pratyahara? ¡Cuéntamelo en comentarios!
Om shanti shanti requeteshanti
Julia
8 comentarios en “Cómo aplicar pratyahara a tu vida cotidiana”
Necesario practicar pratyahara cuando hacemos yoga en el parque y vienen los grupitos de funcional fitness, o se sientan cerca a dar grandes charlas.
¡jajaj Totalmente de acuerdo, Teresa! Un abrazo
También se puede practicar, durante los fuegos artificiales que inauguran la feria…..
Claro que eso ya es para máster🙏
jajaja o para doctorado!
Buenas Julia, eres «genial»,
Soy meditador desde hace varios años (13) y al inicio de este tema, eran bastante molestos los ruidos externos, fundamentalmente: los de la ducha de al lado casi siempre a la misma hora; el novio despidiendo se de su novia, en la calle con la musica del coche a 100 etc. etc. me plantee hacer un entrenamiento en la calle y gracias a esto he descubierto, que tanto en las catedrales, como en los aviones, se medita de maravilla.
Ósea, cuestión de probar e ir asumiendo los cambios.
Gracias Jose Antonio, gran aportación la tuya!
En los aviones medito pero nunca he probado en un catedral, alguna vez tendrá que ser la primera ^^
excelente artículo!!
tengo ruido cada noche, mi vecina de arriba está acusada de acoso pero no la han echado…. ahora cada noche , cada x tiempo, golpea fuerte en el suelo y me despierto con ansiedad. Al se a deshonra, y no siempre a la misma, no puede medirse. Como aplicar aquí el yoga del aislamiento, y evitar que me dañe emocionalmente?? muchas gracias. Voy a seguir leyendo todo el blog!!!! un abrazo. namaste
Hola Noa, muchísimas gracias por tu mensaje y siento muchísimo por lo que estás pasando…
La verdad que yo lo que haría antes de nada es asistir a clases de meditación (y si encuentras también de pratyahara, mejor, aunque es difícil). Aprender «la técnica» y crearme el hábito en un entorno sin ruidos, de forma que, con el tiempo y la práctica, seas capaz de practicar la meditación en entornos ruidosos y molestos. Al final pratyahara no deja de ser una técnica de consciencia en el momento presente cerrándose a los sentidos. Ante todo es conveniente ser paciente y tener en cuenta que es un proceso (no lineal, por cierto) que requiere toda nuestra atención y constancia para poder ver realmente los resultados. ¡Mucho ánimo!