Como ya hemos visto, los nadis serían las autopistas que unen unos chakras o nudos de comunicación principales con otros, mientras que los bandhas harían de aduanas en las carreteras para controlar la circulación de prana o fuerza vital que fluye por las vías de nuestro cuerpo. Los mudras, por su parte, actúan de carreteras secundarias, incluso de caminos realmente poco transitados. Sinembargo, son el complemento perfecto al resto de elementos en yoga para aumentar la conciencia y la concentración necesarias para llevarnos a lugares maravillosos e insospechados.
Mudra significa ‘sello’ o ‘gesto’, y su cometido es hacer que el yogui conozca su ser a través del silencio de la introspección. Digamos que cuando a reproducir un mudra el inconsciente automáticamente se programa para vibrar de una manera. Con la práctica del yoga, hacemos que el prana fluya por las carreteras de nuestro cuerpo, pero muchas veces esta fuerza vital se nos escapa, sale y se desperdicia. Con los mudras, ayudamos a sellar las partes del cuerpo por las que se escapa la energía; harán de barrera y aprovecharán esa energía para llevar el prana hasta lugares insólitos. Si se me permite otra metáfora, es como asegurarse de que hemos cerrado bien la olla express. Así se crean estados de concentración y conciencia más profundos y aumentan las posibilidades de despertar la fuerza latente kundalini, que, como sabemos, está echándose una larga siesta en el chakra raíz y aguarda a que la despertemos para subir hasta sahasrara.
Comúnmente se piensa que los mudras en yoga son los gestos con las manos. Todos nos hemos imaginado siempre el típico yogui sentado en la posición del loto con las manos sobre las rodillas, los dedos índice y pulgar unidos y el resto de dedos extendidos. Pues bien, en realidad, para crear uno de estos sellos puedes utilizar cualquier parte de tu cuerpo. ¿No te lo crees? Échale un ojo a los tipos de mudras en mi libro Yoga con humor, editado por Larousse. Si quieres, lee antes las primeras páginas. Si te suscribes a la newsletter las recibirás en tu bandeja de entrada.
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6 comentarios en “Ciclo de espiritualidad: los mudras (capítulo 4)”
Síntesis perfecta del capítulo de tu libro. Más didáctico imposible. Geacias, Julia, una vez más.
Gracias, Elena, a ti por tu apoyo y tus palabras. Un abrazo super grande
Gracias me encanto la explicacion y la asociacion con las carreteras saludos!
¡¡Gracias Marianela, me alegra que te haya gustado!!
Qué bonito y qué fácil lo cuentas Julia. Me encanta descubrirme contigo!
Y a mí me encanta leer un comentario así, ¡gracias Emilia! Un abrazo grande